Encabezado

abril 11, 2009

'En la Cumbre de las Américas pueden salir iniciativas que se pueden aterrizar después': Insulza


El Secretario General de la OEA -que será uno de los protagonistas-, José Miguel Insulza, conversó sobre la cumbre con los corresponsales en Washington del Grupo de Diarios América (GDA).

En Washington, por estos días, no se habla de otra cosa: la cumbre, que comienza este viernes en Trinidad y Tobago, y donde se darán cita, por primera vez en casi cuatro años, los 34 presidentes del hemisferio occidental.
La atención, que es inusual en la capital estadounidense, está justificada y refleja el sentimiento de toda la región. Tras casi una década del 'unilateralismo'y abandono que caracterizaron a la administración de George W. Bush, hay esperanza de que con Barack Obama en la Casa Blanca se comience a escribir una nueva página en las relaciones. Y la cumbre es vista como el punto de partida.
Si bien el ambiente que reina es positivo, los problemas -o puntas de fractura- son numerosos.
Por un lado está la crisis económica, que se originó en E.U. y que ahora afecta al mundo entero. Varios presidentes, además, han prometido convertir el tema de Cuba un eje de la cita, y otros llevan bajo el brazo reclamos por las medidas proteccionistas que han adoptado algunos países.
Y no son pocos los que temen que mandatarios como Hugo Chávez, de Venezuela, o Evo Morales, de Bolivia, aprovechen la instancia para atizar su pelea con el 'imperio'.
 Insulza respondió así a los cuestionamientos:
Hay mucha expectativa por la cumbre de Trinidad y Tobago. ¿Cuál es su perspectiva?
Será un buen diálogo y espero que sea cortés. No veo por qué deba ser de otra manera. Ahora, hay una fuerte preocupación por la crisis económica que sacude al mundo. Si se examinan las cifras de  América Latina entre el 2002 y el 2008, son las mejores en muchas décadas, porque se venía saliendo de crisis anteriores y nos habíamos fortalecido mucho.
Es complicado decirle a alguien que ha estado haciendo las cosas bien, desde ahora te va a ir mal por que no te van a comprar; porque los mercados que abriste se van a cerrar; porque los flujos con los que te financiabas se van a cerrar. Eso provoca inquietud y, sin duda, de eso se hablará.
De la misma manera, se evaluarán los acuerdos de la cumbre del G-20 (en Londres), donde se habló de una cifra global y de fondos para organismos multilaterales, pero falta decidir cuánto, cuándo, para qué organismos y quién pondrá la plata.
También hay interés por el diálogo con E.U. Acaba de entrar un nuevo presidente, América Latina ha cambiado mucho, y hay mucha expectativa sobre si cumplirá eso de hacer política "con ustedes y no para ustedes" (que prometió Obama).
Pero existe el riesgo de que termine siendo una cumbre de recriminaciones, como sucedió en el G-20, donde no faltó quien responsabilizara a E.U. por la crisis actual.
Obama ha reconocido cuáles son las causas de la crisis y ha hecho mucho énfasis en la idea del cambio en E.U. Esto no va a terminar en un montón de recriminaciones. Algunos dirán cosas, pero con respeto. Puede que sea objeto de discusión, pero así como unos dirán "ustedes se metieron en todos estos líos", otros dirán: "Pero ustedes me mandaron todo lo que podían vender y crecieron gracias a lo que yo les compraba". Entonces, qué sentido tiene meterse en esa discusión. Está claro que la economía mundial, no solo la de E.U., estaba viviendo más allá de sus posibilidades.
Obama, sin duda, será el centro de atención. Todos quieren una cita bilateral con él. Pero son 36 horas, 34 presidentes y no hay cama para tanta gente. ¿No cree que habrá muchos "decepcionados"?
Eso es un problema. Y yo ya se los había dicho. Entiendo que barajan algunos esquemas de reuniones colectivas, pero no sé cómo piensan resolver este asunto.   
El tema de Cuba, su regreso a la OEA y el fin del embargo amenazan con tragarse el temario de la cumbre. ¿Qué cree que puede pasar?  Las condiciones han mejorado, estamos mejor que nunca para que esto suceda. Pero hace falta tiempo para que eso suceda. Si alguien cree que hay que empujar al Presidente de E.U. en la cumbre para conseguir ese objetivo, está profundamente equivocado. Si lo que Cuba quiere es que se acabe el embargo, no se le hace un favor empujando.
Pero algunos presidentes parecen creer que es el momento indicado para presionar. ¿Qué les pediría?
Yo no los exhorto a nada. En la Cumbre de Mar del Plata, cuando acababa de posesionarme en la OEA, les pedí a los presidentes que no presionaran por el tema de comercio, pues si se metían allí,  con la ronda de Doha pendiente, con el tema de los subsidios agrícolas, las cosas iban a terminar mal. Y terminaron mal. Ellos hablarán de lo que quieran. Lo que yo digo es que, mecánicamente, hay temas que no se pueden resolver en la cumbre. El tema de Cuba es un tema de la Asamblea General de la OEA, que es donde se debe derogar la resolución (que excluyó a la isla del sistema interamericano). La cumbre no tiene autoridad para eso. Entonces no nos engañemos. Se pude proponer, o acordar proponer, pero los temas deben manejarse a través de  los  mecanismos correspondientes.
Usted dice que el tema del Comercio hizo fracasar Mar del Plata. Pero el tema sigue allí, y posiblemente saldrá nuevamente en Trinidad.
El tema del Alca (área de libre comercio para las Américas), que fue lo que los enfrentó, está en el 'freezer' (congelador), y de allí no saldrá, por ahora. Pero hay otros temas en este frente. Los que tienen acuerdos bilaterales pendientes con E.U., como Colombia y Panamá, hablarán de eso, pero sin despertar mayores polémicas. Habrá, eso sí, un llamado a frenar el proteccionismo y eso sí puede provocar discusiones. Los acusados de proteccionismo querrán decir que eso no es tan justo. Por ejemplo, se ha criticado a Ecuador por elevar aranceles. Pero este país está en desventaja, pues su economía está dolarizada y por lo tanto no goza de la 'protección' que otros están recibiendo por la devaluación de sus monedas, que los hacen más competitivos.
No hay duda de que en la cumbre se sentirán las tensiones que existen ente E.U. y otros países como Venezuela y Bolivia. Le antecede el rompimiento de relaciones y comentarios muy agrios de parte y parte...
E.U. tiene voluntad de hablar con ellos. Pero debe ser un diálogo sin condiciones. Muchos de los problemas surgieron porque se elevaron condiciones. Y eso es cierto tanto en el caso de Cuba como con los otros.
 ¿Qué acciones o resultados concretos se pueden esperar de la cumbre?
Se puede aspirar a que salgan iniciativas que puedan aterrizarse después. Yo espero, por ejemplo, que salga un acuerdo para examinar un nuevo plan  de financiamiento para el Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Pero no veo a los presidentes diseñando ese plan. Eso no sucede en 48 horas.
Yo entiendo que desde el punto de vista de la prensa lo interesante es la pelea. Nadie hablaba de las cumbres hasta que se presentó el "Por qué no te callas" en la Cumbre Iberoamericana. Ahora el tema es Cuba, porque es controvertido. Pero hay muchos temas importantes, como la migración, el crimen, donde se darán  acuerdos muy importantes. Lo del BID, es decir la discusión sobre la ampliación del capital del banco (para que ayude en la actual crisis) puede que no sea tan atractivo, pero es clave.
Cómo medirá usted si fue una cumbre exitosa o solo un nuevo "saludo a la bandera".
Esta es una cumbre para reponer la buena voluntad y la disposición hemisférica. Pero su éxito real será medido si a partir de ahora comienzan a forjarse políticas comunes frente a los temas que ya están planteados: la crisis económica,  el financiamiento al desarrollo, calentamiento global, crimen y narcotráfico, energía y migraciones. Y que se retiren los obstáculos que existen en algunas relaciones bilaterales. Muchos de estos acuerdos pueden quedar iniciados en la cumbre. Es interesante, pues por mucho tiempo a E.U. solo le interesaba hablar de seguridad, mientras para otros el tema era desarrollo, y algunos ni siquiera querían que se hablara de democracia. Hoy día tenemos un temario común. El problema es ponerle contenido común. La cumbre puede ser un éxito inicial, un nuevo comienzo como se dice ahora. Aunque existe el riesgo que se convierta solo en una manifestación de buenas intenciones y nada más.
En ese sentido, qué tanto pesará Brasil como gran jugador, como puente entre Obama y los demás.
La posición de Brasil en el escenario internacional es muy fuerte y sólida y tiene por jugar un papel muy importante. El diálogo con Lula le puede facilitar a Obama las cosas, pero eso no suple, no remplaza el contacto que tiene que tener con otros países.
SERGIO GÓMEZ MASERI
CORRESPONSAL DE EL TIEMPO
WASHINGTON
 
Publicación
eltiempo.com