* 36 personas ligadas a
medios fueron asesinadas en los últimos 10 años
* Sector denuncia poco interés del Gobierno por aumentar
protección
Diego Jiménez F.
La Nación/Costa Rica/GDA
Tegucigalpa. La tarde del lunes 24 de junio, el
periodista Aníbal Barrow viajaba en un automóvil junto con su nuera y su
pequeño nieto por una calle de San Pedro Sula. Tres desconocidos les cortaron
el paso y secuestraron al comunicador, cuyo cuerpo apareció casi dos semanas
después quemado y descuartizado cerca de una laguna.
Hoy, casi medio año después, no hay culpables. La Policía
detuvo en setiembre a un sospechoso del asesinato, pero sobre los autores
intelectuales no ha trascendido ninguna información. No se sabe si el homicidio
del conductor del programa televisivo “Aníbal Barrow y Nada Más” tiene alguna
relación con su oficio de periodista.
Este ha sido el último de los ataques mortales contra un
periodista en Honduras, el país con la tasa de homicidios más alta del mundo
(86 por cada 100.000 habitantes, según la ONU). De acuerdo con datos del
Comisionado Nacional de Derecho Humanos en Honduras, 36 personas relacionadas
con medios de comunicación han sido asesinadas en los últimos 10 años.
La impunidad en estos casos alcanza el 97%, pues en solo
en un crimen, ocurrido en el 2010, ha habido condena. Ese alto porcentaje
responde, según el ombudsman hondureño, Ramón Custodio, a que “los crímenes no
son debidamente investigados por dos de
los competentes del sistema de justicia penal, la policía de investigación y la
misma Fiscalía”.
La cifra de homicidios se disparó desde el golpe de
Estado contra José Manuel Zelaya, en junio del 2009, pues desde entonces han
muerto 29 comunicadores.
Según
Custodio, los crímenes
demuestran que “hay una violencia que quienes la cultivan buscan intimidarnos a los que
estamos todavía actuando en esta
sociedad”.
El presidente del Colegio de Periodistas de Honduras,
Juan Ramón Mairena, reconoció que este tipo de crímenes han creado temor entre
los periodistas de cubrir temas como el narcotráfico, la corrupción y el crimen
organizado.
Además, criticó que el actual gobierno, pronto a dejar el
poder, no atendió a los llamados de los periodistas por más protección.
Presiones. Sumado
a las amenazas y los homicidios, el periodismo en Honduras también se enfrenta
a retos por las presiones de poder y el acceso a la información, señalados por
C-Libre, una coalición de periodistas y miembros de la sociedad civil
constituida en el 2001.
Este grupo advirtió, en el 2006, de que entre las limitantes para la libertad de expresión,
figura que “en algunos medios se les
dictan las pautas al reportero acerca de a quiénes entrevistar y a quienes no”.
Sin embargo, Mairena dijo que el Colegio no ha recibido ninguna denuncia de ese
tipo.
C-Libre también señaló, en un estudio sobre las
publicaciones de prensa antes y después de la caída de Zelaya, la existencia
de “una clara tendencia a favorecer a la
facción a favor del golpe de Estado, en detrimento del sector de la sociedad
que se manifestaba abiertamente en contra de este hecho” .
Pero el golpe, escribió el año pasado el investigador
Manuel Gamero, también impulsó “el surgimiento de medios alternativos y la utilización de las novedosas formas de comunicación global,
para romper el cerco de control mediático”.
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“Ya estamos cansados”
Entrevista a: José Ramón Mairena, Presidente del Colegio
de Periodistas
¿Cuál es el estado
actual de la libertad de expresión en Honduras?
Venimos arrastrando desde hace años, enfatizándose en los
últimos cinco o seis, el aumento de la violencia contra comunicadores y periodistas. Según datos del Comisionado
por los Derechos Humanos, hasta la fecha hay 36 casos de comunicadores asesinados. Lamentablemente, un enorme
porcentaje de 95% están impunes. No se
sabe si estos asesinatos se cometieron por el ejercicio del periodismo.
¿Ha crecido el
temor por cubrir temas como la corrupción y el crimen organizado?
Decir que no sería mentir. En el interior del país, en
las zonas identificadas de alto tráfico de drogas y crimen organizado, ejercer el periodismo es
sumamente peligroso. En la mayoría de los casos ha llevado a una autocensura de
protección tanto del periodista como su familia.
¿Hay compromiso
del gobierno por dar mayor protección a los periodistas?
Estamos a poco de que termine el gobierno, y realmente
fueron pocos los pasos que dio para la protección de los comunicadores. Se ha
hablado de leyes, hay documentos escritos en foros en grandes hoteles que
hablan de protección de derechos humanos, pero los periodistas ya estamos
cansado de solo hacer reuniones y
escritos, pero nada realmente efectivo.
La comisión C-Libre ha señalado como una de las
principales limitantes la agenda
impuesta en los medios. Dice que algunos medios dictan a los respoteros a quién
entrevistar y a quién no.
¿Sucede eso?
Te voy a decir, yo he trabajado en varios medios... Es
que cada quien tiene su visión en eso, depende del lado en que estés, depende
de la tendencia ideológica en la que te enmarqués. He escuchado a varios
colegas que se quejan de eso. Yo, en mi experiencia particular, que he estado
en medios fuertes como El Heraldo y HRN, nunca me han dictado pauta sobre a
quién entrevistar y quién no. Creo que los medios tienen su política, como en
todo el mundo, pero eso no quiere decir que deben evitarles a ciertos periodistas
informar.
¿Pero cuál es la
posición del colegio al respecto?
En el Colegio de Periodistas están aglutinados el 97% de
los periodistas, directores, jefes de redacción, de los principales medios del país. No tenemos ninguna denuncia de ese tipo.