Una operación comercial entre dos
empresas periodísticas sirvió de pretexto al presidente Ollanta Humala para
amenazar a la libertad de expresión en el Perú y ‘sugerir’ al Congreso el
debate de una ley de medios
Héctor
Villalobos
El
Comercio/Perú/GDA
El Comercio/Perú/GDA |
Dicha
asociación se produjo algunos meses antes, en agosto, cuando el Grupo El
Comercio, el principal conglomerado periodístico del país, compró el 54% de las
acciones de la Empresa Periodística Nacional (Epensa). Como parte del acuerdo,
la familia Agois Banchero, fundadora de Epensa, a través de una empresa 100% de
su propiedad mantiene el control de la
línea editorial de sus diarios.
Antes
de que esta operación se concrete, el Grupo La República, el tercer
conglomerado de diarios más importante del país, había intentado sin éxito
adquirir ese paquete de acciones, lo que en la práctica le hubiera dado el
control del 68% de diarios de provincias y el manejo de la línea editorial de
los diarios de Epensa.
Ni
bien se hizo pública esta operación, los diarios del Grupo La República y
diversos periodistas, muchos de ellos
vinculados laboralmente a ese grupo, lanzaron una feroz campaña en contra de
esta asociación comercial. Para descalificarla, utilizaron un término
inexistente en la Constitución Política y en la legislación peruana: la
concentración de medios.
El
principal argumento de La República y sus aliados para confundir a la opinión
pública y atacar la asociación era porque, según decían, El Comercio tendría el
control del 78% del mercado de la prensa escrita. En realidad, en el Perú
existen 60 diarios a nivel nacional, y el Grupo El Comercio es propietario de
solo seis de ellos. Lo que sí es cierto es que el 50% de los lectores prefieren comprar los diarios del Grupo El
Comercio, mientras que los cuatro diarios de Epensa tienen un 28% de
participación adicional en el mercado.
El
gobierno se mantuvo ajeno a esta polémica durante algunos meses. Sin embargo,
el 29 diciembre, en una entrevista televisiva, el presidente Humala hizo eco de unas declaraciones del escritor
Mario Vargas Llosa -- quien había expresado su preocupación por la asociación
entre Epensa y El Comercio-- y dijo: “Es
una vergüenza que en el Perú estemos teniendo un grupo que prácticamente sea el
dueño de los medios de comunicación. Eso es peligroso”.
A continuación, lanzó una amenaza contra la
libertad de expresión. Cuando se le recordó que la asociación no era ilegal, Humala
respondió: “No es ilegal. Ahorita no es ilegal”.
El
presidente se refería a una acción de amparo que habían presentado ocho
periodistas (entre ellos el director, un miembro del consejo directivo y dos
columnistas de La República) para que el Poder Judicial anule la asociación entre El Comercio y Epensa. Cabe
indicar que dicho recurso legal que llevaba mes y medio de espera en un
despacho judicial fue admitido a trámite tres días después de la intervención
presidencial por lo que las expresiones de Humala generaron suspicacias.
Al
día siguiente, las declaraciones de Humala provocaron reacciones de rechazo de
diversos representantes de la clase política y del sector empresarial.
El
ex presidente Alan García calificó las
expresiones de Humala como una amenaza contra la libertad de expresión y dijo
que “rompen el necesario clima de unidad nacional que debe existir antes del
fallo de la corte de La Haya”. Por su parte, la ex candidata presidencial y
lideresa Keiko Fujimori recordó los antecedentes prochavistas de Humala: “Ataca
a los medios pero no a la corrupción. Comandante, no queremos parecernos a
Venezuela”.
El
presidente de Confiep, el principal gremio empresarial del Perú, Alfonso García
Miró, declaró: “Si la mayor parte de personas lee determinado medio es porque
tiene el derecho de haber elegido […] No debe haber nunca una autoridad que
restrinja el libre derecho de las personas a optar por cierto medio en vez de
otro”.
LA
INTERVENCIÓN DEL CONGRESO
Humala
echó más leña al fuego del debate cuando el 2 de enero volvió a arremeter
contra la asociación formada por El Comercio y Epensa. “Este tema debe ir al
Congreso de la República. Debe ser un espacio deliberativo donde esté la
representación directa del pueblo peruano”.
En
el Perú, el ‘humalismo’ controla en la práctica el Congreso. Además de Gana
Perú, la bancada del partido del presidente, el gobierno cuenta con el apoyo de
Acción Popular – Frente Amplio (disidentes de Gana Perú) y Perú Posible (del ex
presidente Alejandro Toledo). Sus votos aseguran la aprobación de cualquier
proyecto del oficialismo y el bloqueo de
cualquier iniciativa de la oposición.
La
Sociedad Interamericana de Prensa se pronunció en contra de las intenciones del
presidente de llevar el tema al debate en el Congreso. “El presidente tiene
todo el derecho de opinar sobre un asunto de alto interés público, pero nos
parece conveniente que su gobierno se mantenga al margen”, señaló Claudio
Paolillo, presidente del Comité de Libertad de Prensa e Informaciones de la
entidad internacional. La misma posición fue asumida por el Consejo de la
Prensa Peruana, del cual forman parte, paradójicamente, todos los grupos
editoriales involucrados en la disputa.
De
cualquier manera fue justamente la bancada satélite del gobierno, Acción
Popular-Frente Amplio, la que recogió la ‘sugerencia’ del mandatario. El
congresista Manuel Dammert, miembro de ese grupo, anunció que viene trabajando un proyecto de ley para
regular no solo lo que él llama la “concentración de medios”, sino también el
contenido de lo que estos publican. También anunció la realización de debates
públicos para recoger la opinión de la ciudadanía sobre este tema.
Pero
Dammert y su bancada se quedaron sin piso. Los tres vicepresidentes del
Congreso consideraron impertinente que el Parlamento debata un diferendo
empresarial entre medios. El presidente de la Comisión de Constitución, Omar
Chehade, deploró que se tergiverse la discusión y que se hable de regulación de
contenidos. Mario Vargas Llosa, quien critica la asociación de las empresas
periodística, también se opone a una ley de medios.
Por
ahora, el debate sobre el tema ha pasado a segundo plano, mientras se espera la
lectura del fallo de La Haya. Queda aún pendiente la decisión del Poder
Judicial sobre la asociación entre El Comercio y Epensa. En tanto, el proyecto
de Dammert parece haberse desacelerado o capaz para utilizar las expresiones de
Humala, “ahorita no”(es el momento).
Las
declaraciones de Humala han sido una clara amenaza a la libertad de expresión.
Pero, así como la amenaza, el presidente sabe muy bien cómo utilizarla. En
enero, el diferendo entre las empresas periodísticas se convirtió en el
principal tema de debate público. Durante las últimas semanas, el caso López
Meneses, el principal escándalo de corrupción destapado durante el gobierno de
Humala, desapareció de las portadas de los diarios.