En entrevista exclusiva con El Mercurio/GDA, el vicepresidente de los Estados Undos dice que enfrentar a manifestantes pacíficos con la
fuerza, demonizar a los opositores y restringir la libertad de prensa, no está
a la altura de “los sólidos estándares de democracia que tenemos en la mayor parte
de nuestro hemisferio”.
Carolina Álvarez Peñafiel
El Mercurio/Chile/GDA
La crisis en Venezuela, afirma Joe Biden, “me recuerda
a épocas pasadas, cuando hombres fuertes gobernaban usando la violencia y la
opresión”. El Vicepresidente de Estados Unidos llega hoy (domingo) a Chile en
su segunda visita al país y su séptimo viaje oficial a la región, con una
agenda que tendrá entre sus prioridades la delicada situación por la que
atraviesa el gobierno de Nicolás Maduro y que ha puesto en evidencia las divergencias
políticas de los países latinoamericanos.
En una entrevista por escrito con “El Mercurio”, el
Vicepresidente demócrata desestima las “teorías conspirativas” con las que el gobierno
venezolano acusa a Washington de injerencia y sostiene que Estados Unidos no
está interesado en pelear las viejas batallas ideológicas, sino que en buscar
un objetivo común: un hemisferio “de clase media, democrático y seguro”.
—Los críticos dicen que la administración Obama no
presta suficiente atención a la región y que debería involucrarse más en los
temas de las Américas, como la crisis en Venezuela. ¿Está preparado EE.UU. para
dar un paso más allá en términos diplomáticos y, por ejemplo, involucrarse o
promover un esfuerzo con otros países para ayudar a resolver la crisis en
Venezuela; o eventualmente imponer sanciones? ¿Cree que ha sido débil la
actuación de la OEA en esta crisis?
“La situación en Venezuela es alarmante. El gobierno
venezolano tiene una responsabilidad básica de respetar los derechos
universales, incluyendo la libertad de expresión y de asamblea; de prevenir la
violencia y de comprometerse a un diálogo genuino en un país que está
profundamente dividido. Existe un mejor camino para el pueblo venezolano y
espero que el gobierno lo tome”.
“Enfrentar manifestaciones pacíficas con la fuerza
(pública) y en algunos casos con milicias armadas, limitando la libertad de
prensa y de asamblea —las cuales son indispensables para abarcar un debate
político legítimo—, demonizar y arrestar a la oposición política y reforzar
dramáticamente las restricciones en contra de los medios no es lo que se espera
de democracias comprometidas con la Declaración de los Derechos Humanos y con
la Carta Interamericana, y ciertamente no está a la altura de los estándares democráticos
que definen la mayoría de nuestro hemisferio”.
“La OEA y sus miembros tienen un rol importante en reforzar
las instituciones democráticas y para ayudar a resolver crisis políticas como
la que estamos viendo en Venezuela. Hemos visto llamados de la OEA y de países
en la región para respaldar un diálogo real en el país y llamados a que todos
los lados eviten la violencia y la intimidación”.
“He estado trabajando en estos temas por muchos años,
en todas partes del mundo, y la situación en Venezuela me recuerda a épocas
pasadas, cuando los caudillos gobernaban con la violencia y la opresión; y los
derechos humanos, la hiperinflación, la escasez y la extrema pobreza causaban
estragos en los pueblos del hemisferio. Fue un capítulo difícil en nuestra
propia historia debido a que nuestra lucha contra la Unión Soviética a veces
nos dejaba al lado de líderes que no compartían nuestros valores. Pero Estados
Unidos finalmente quedó del lado correcto de la historia en lugares como Chile,
donde el embajador estadounidense Harry Barnes y otros defendieron públicamente
a las víctimas de la represión. Esos días del pasado ahora casi no existen
gracias a la valentía de muchos hombres y mujeres en las Américas, quienes
sufrieron personalmente en nombre de la democracia. Hoy, ellos son líderes de
algunas de las sociedades más vibrantes e inclusivas de la región”.
“He conocido y estoy asombrado con estos líderes
—ellos son los padres fundadores de un nuevo camino— donde las urnas rigen,
donde los militares no pueden imponerse sobre la voluntad del pueblo, y donde
los líderes gobiernan a base de los resultados, al asegurar los derechos de las
futuras mayorías, comprometiéndose en el diálogo y protegiendo las libertades
fundamentales. Ellos nos enseñan a todos nosotros, incluyendo Estados Unidos,
que la democracia también implica consideraciones sobre cómo se ejerce el
gobierno, no solo sobre cómo es elegido”.
“El Presidente Nicolás Maduro hasta ahora ha tratado
de distraer a su pueblo de los temas más importantes que están en juego en
Venezuela al inventar conspiraciones totalmente falsas y extravagantes sobre
Estados Unidos. En lugar de eso, él debería escuchar al pueblo venezolano, y
mirar el ejemplo de esos líderes que resistieron la opresión en las Américas, o
de otra forma se arriesga a repetir las injusticias contra las que muchos
pelearon con tanta valentía”.
—La crisis en Venezuela ha subrayado las diferencias
políticas entre los países de Latinoamérica, con gobiernos como los de
Argentina, Bolivia y Ecuador respaldando al Presidente Maduro, y gobiernos como
el de Chile y Colombia llamando a un diálogo con la oposición. ¿Cómo usted
define la relación de EE.UU. con Latinoamérica —si es que es posible tener una
sola definición— o ve usted dos Latinoaméricas?
“Desde el momento en que asumió el poder, el
Presidente Obama ha sido claro en que no estamos interesados en volver a pelear
las batallas ideológicas del pasado en este hemisferio, y ha trabajado por un
futuro de mayor integración y respeto por los derechos universales. Las Américas
siempre han sido importantes para Estados Unidos, pero importan aún más hoy
porque lo que sucede en la región tiene un mayor impacto en nuestra prosperidad
y seguridad, más que nunca. Al reconocer esto, la administración Obama se ha
embarcado en el período más sostenido de participación de EE.UU. en las
Américas, en mucho tiempo, para aprovechar el enorme potencial de la región
—económico, político y social— para beneficio mutuo del pueblo estadounidense y
los ciudadanos de las Américas”.
“El 11 de marzo, como parte de mi séptima visita a la
región como Vicepresidente, asistiré a la segunda investidura de Michelle
Bachelet como Presidenta de Chile, antes de seguir el viaje hacia República
Dominicana, donde seré el primer funcionario de la Casa Blanca en visitar ese
país en más de 20 años. En el transcurso de mis viajes, he tenido la suerte de
conocer y conversar con muchos líderes inspiradores quienes están trabajando
para sacar a sus pueblos de la pobreza, diversificando y abriendo sus economías
para competir a nivel global, integrando los mercados de energía e
infraestructuras nacionales y construyendo nuevos espacios de diálogo y
cooperación. Este tipo de esfuerzos nos enseñan a todos que el pragmatismo y no
la ideología, es el secreto del éxito. No es coincidencia que los países que
han usado democracia y mercados abiertos para crear nuevas oportunidades para
sus ciudadanos están entre las economías más prósperas de la región. Estados
Unidos y el mundo pueden aprender una lección de estos logros”.
“Desafortunadamente, algunos en la región se enfocan
más en el pasado que en el futuro. Reconocemos que quedan algunos resabios de
la Guerra Fría, de modo que las suspicacias vienen con el territorio. Pero en
mis viajes, he descubierto que la mayoría de la gente en las Américas está ya cansada
de volver a pelear viejas batallas ideológicas que no les traen beneficio
alguno a sus vidas cotidianas. Nuestros pueblos quieren saber qué proponemos,
no solo a qué nos oponemos. Ellos están enfocados en lo que sus gobiernos
pueden hacer para entregar beneficios concretos, como buenos trabajos con
buenos salarios, educación accesible, comunidades seguras, y un futuro donde
nuestras economías y países están fuertemente entrelazados y donde los derechos
humanos fundamentales son respetados. Eso es lo que quiere la gente que votó
por nosotros, y eso es nuestra tarea común”.
“Es por esa razón que en los últimos años, hemos hecho
un esfuerzo conjunto para mejorar nuestra relación con nuestros críticos más
duros. A pesar de nuestra voluntad para tender puentes, no nos hacemos
ilusiones de que esas relaciones mejoren pronto. Afortunadamente, estos son
casos aislados en una región donde la mayoría de países quieren una relación
positiva con EE.UU. y donde tenemos socios en un amplio rango de áreas”.
—Los críticos también apuntan que China está
aprovechando la supuesta falta de interés de EE.UU. en la región, con tratados
económicos y comerciales, pero varios funcionarios estadounidenses han
insistido en que eso no es un problema. Ahora Rusia dice que quiere forjar una
alianza con países como Nicaragua, Venezuela y Cuba para expandir la presencia
militar rusa en Latinoamérica. ¿Es esto un desafío al poder de Washington por
parte de Moscú, en una región del mundo que tradicionalmente ha estado en la
esfera de influencia de EE.UU.?
“La historia más importante no es sobre los países que
están proyectando su influencia en el hemisferio, sino más bien cómo los países
de la región cada vez más son actores globales. Esta es una región cuyos
gobiernos no están solo construyendo nuevos foros para el diálogo político y la
cooperación entre ellos; también están alcanzando más allá de las Américas para
afianzar relaciones comerciales con Europa, África, India y Asia. Chile, por
ejemplo, es un miembro productivo del APEC (el Foro de Cooperación Económica
del Asia Pacífico) y tiene acuerdos comerciales con al menos 60 países
diferentes. Colombia está trabajando para unirse a la OCDE (la Organización
para la Cooperación y el Desarrollo Económico). Uruguay contribuye más a las
operaciones internacionales de paz, si lo consideramos en una base a su
población, que cualquier otro país en el mundo. La política de EE.UU. es
alentar y respaldar estas tendencias”.
“Pero también hay un número importante de interesados
en todo el mundo que invierten en las Américas, económica, política y
socialmente, y eso incluye no solo China y Rusia, sino que también, la Unión
Europea, Canadá, Japón y Corea del Sur, entre otros. Nuestra actitud es dar la
bienvenida a las contribuciones de cualquier país que promueven activamente por
nuestro objetivo común de lograr un hemisferio de clase media, democrático y
seguro, desde Canadá hasta Chile. Al fin y al cabo, son los pueblos de las
Américas quienes deben ellos mismos quiénes están contribuyendo a ese objetivo,
pero ciertamente no vemos esto como un juego para ganar o perder”.
—Mientras China y Rusia tratan de extender su
presencia en Latinoamérica, Estados Unidos ha establecido como una prioridad
estratégica el giro a la región del Asia Pacífico. Parte de esa estrategia es
militar, parte diplomática y parte económica. ¿Qué tan importante es la
conclusión de las negociaciones del Acuerdo de Asociación Trans Pacífico y su
eventual firma, para esta estrategia? ¿Qué expectativas tiene EE.UU. en el rol
que un país como Chile puede tener en el acuerdo del TPP, teniendo en cuenta
que México y Perú también están negociando?
“Finalizar el Acuerdo de Asociación Trans Pacífico
(TPP) —que incluye a cinco países del Hemisferio Occidental— es una alta
prioridad para esta administración y el Presidente y yo estamos decididos a
sacarlo adelante. Nuestra motivación es clara, la agresiva agenda comercial del
Presidente Obama ha llevado a un aumento del 50% de las exportaciones de
Estados Unidos, sumado US$ 700 mil millones a nuestra producción económica, y
contribuido con un tercio de nuestro crecimiento económico total. Lo que es más
importante, el aumento de las exportaciones ha solventado la creación de
empleos en Estados Unidos; cada mil millones de dólares en aumento de las
exportaciones hay entre 4 mil y 5.300 empleos”.
“En su totalidad, los países del TPP tienen un PIB
combinado de US$28,1 billones de dólares, representa el 39% del PIB mundial, e
incluye economías tan diversas como Estados Unidos, Japón, Malasia y Chile. Una
vez que haya sido concluido, el acuerdo será un apoyo para la creación y
retención de empleos y promoverá el desarrollo económico entre sus miembros, al
aumentar el acceso a los mercados, elevar los estándares laborales y
medioambientales, así emparejando el juego”.
“Todos conocen el atractivo de las economías de Asia,
pero también vemos un enorme potencial aquí en las Américas. El TPP es también
la manifestación de nuestra visión para un Pacífico más amplio que incluye el
Hemisferio Occidental. El acuerdo podría ampliar nuestra relación comercial con
una región que ya es destino para el 40% de las exportaciones de Estados
Unidos, donde ya tenemos una línea casi continua de acuerdos de libre comercio
desde Canadá hasta Chile y donde tenemos un billón de dólares en comercio solo
con Norteamérica”.
“Mantenemos un diálogo intenso con todos los países
del TPP, incluyendo Canadá, México, Chile, y Perú, para concluir el acuerdo lo
antes posible. El Presidente y yo nos hemos involucrado personalmente en este
tema: viajé a México en septiembre, conversé con el Presidente Ollanta Humala
en noviembre; el Presidente se reunió con sus contrapartes de Canadá y de
México en febrero pasado, y espero contact arme
personalmente con la Presidenta electa Bachelet y con otros durante mi visita a
Chile para el cambio de mando. Ciertamente reconocemos que hay temas sensibles
que varían de país en país, y estamos trabajando para encontrar la forma
apropiada para hacernos cargo de ellos en el contexto de un acuerdo amplio y
equilibrado. Pero hay también un compromiso fuerte de parte de todos nuestros
países para llegar a este acuerdo. Y para lograr eso estamos trabajando
activamente”.
CITAS DESTACADAS:
“El Presidente Nicolás Maduro hasta ahora ha tratado
de distraer a su pueblo de los temas más importantes que están en juego en
Venezuela al inventar conspiraciones totalmente falsas y extravagantes sobre
Estados Unidos”.
“En los últimos años, hemos hecho un esfuerzo conjunto
para mejorar nuestra relación con nuestros críticos más duros. A pesar de
nuestra voluntad para tender puentes, no nos hacemos ilusiones de que esas
relaciones mejoren pronto”.
Recuadro:
“Espero poder
discutir con la Presidenta electa la mejor forma de fortalecer nuestra
relación”
— ¿Cuáles son sus expectativas con el nuevo gobierno
chileno y qué temas ve como prioritarios en la relación bilateral?
“Tengo altas expectativas. La Presidenta electa
Bachelet es alguien con quien Estados Unidos ha tenido una larga amistad y el
Presidente Obama y yo tenemos la máxima admiración y respeto por ella. Espero
pasar algún tiempo con ella durante mi visita a Chile y espero poder discutir
cuál es la mejor forma de fortalecer nuestra relación”.
“En términos de prioridades, las negociaciones del TPP
están en curso. Recientemente completamos una reunión ministerial en Singapur y
es un área en la que obviamente nosotros queremos seguir enfocándonos con Chile
y los otros países participantes. Chile está actualmente sirviendo en un
período de dos años en un asiento no permanente en el Consejo de Seguridad de
Naciones Unidas y esperamos avanzar a partir de xnuestro fuerte historial de
consultas y cooperación en la ONU”.
“Me alegró también el reciente anuncio de que Chile entró
al Programa de Exención de Visas. Este programa tendrá un impacto enormemente
positivo al facilitar lazos sociales y comerciales aún más fuertes entre
nuestros países y yo creo que debemos continuar buscando formas de hacer más
expeditos el comercio y los viajes”.
“Finalmente, deberíamos aumentar los intercambios
educacionales entre estudiantes chilenos y estadounidenses. En enero, lancé
formalmente la iniciativa La Fuerza de 100 mil en las Américas, así como el
Fondo de Innovación que respaldará financieramente nuestros esfuerzos a medida que
avanzamos. Esta iniciativa busca tener 100 mil estudiantes estadounidenses en
Latinoamérica y a 100 mil estudiantes latinoamericanos en Estados Unidos, cada
año. Tres de las becas iniciales que el Fondo de Innovación ha entregado
mejoran los lazos con Chile y espero que podamos mantener este
impulso”.
CITA DESTACADA: “Este programa (de Exención de Visas) tendrá un
impacto enormemente positivo al facilitar lazos sociales y comerciales aún más
fuertes”.