La fusión de
culturales, religiones, etnias y costumbres caracterizan la identidad del
continente y su población, que hoy migra en la búsqueda de oportunidades
económicas.
Capturar en una imagen
la migración es una tarea prácticamente imposible. En este mismo momento, miles
de personas están cruzando por tierra, por mar o por aire alguna frontera,
dejando atrás su lugar de origen para salir en la búsqueda de mejores
oportunidades, escapar de la crisis o la violencia.
La realidad es que
somos sedentarios desde hace poco tiempo y América Latina es una región donde
las divisiones territoriales son sobrepasadas por la identidad común que la
caracteriza: la de un continente mestizo. El viaje es finalmente a un lugar que
sentimos como propio.
En palabras del
escritor peruano Mario Vargas Llosa, “la riqueza de América Latina está en ser
tantas cosas a la vez que hacen de ella un microcosmos en el que cohabitan casi
todas las razas y culturas del mundo”. La región se conforma como una fusión de
culturas, religiones, etnias y costumbres. Sociedades que tienen mucho más en
común de lo que las diferencia.
En la búsqueda de
nuevos territorios, nuestros ancestros viajaron por el continente dejando
rastros de su cultura. Ese movimiento continúa y hoy, reconocemos nuevos
patrones migratorios que obedecen principalmente a las desigualdades en el
desarrollo económico entre las naciones, un desafío tanto para los gobiernos
como para la ciudadanía.
La manifestación
reciente de nuevas olas migratorias internas produce grandes aportes para los
países pero también exportan problemas. Por un lado, la migración “favorece el
desarrollo, genera válvulas de escape al desempleo, remesas del destino al
origen” y por otro también lo frena porque se pierden “personas de alta
calificación, capital humano y social relevante”, asegura Jorge Martínez, experto
en migraciones de la división de población de la Cepal.
Las realidades son
diferentes según cada país, los flujos de llegadas varían como también las
regulaciones. En América Latina, tenemos casos como el de México, uno de los
países con mayores ciudadanos fuera de la nación, 12 millones en Estados
Unidos, que se ha convertido en un puente hacia el “sueño de americano”.
Por otra parte, Argentina, donde el 4,6% de la
población es extranjera, y que ha visto crecer en el último tiempo la llegada
de chinos, dominicanos, africanos, entre otros. En Brasil, la antigua tendencia
de recepción de españoles y japoneses ha sido superada por el alza que se
registra en los últimos cinco años en la llegada de bolivianos. También crece
la inmigración de haitianos.
Empujados por el
conflicto armado, miles de colombianos se vieron obligados a abandonar su
tierra una situación que se comienza a revertir. Hoy Colombia recibe un gran
número de inmigrantes debido a su buena situación económica y vive una crisis
en su frontera con Venezuela, debido a los miles de personas que buscan cruzar
para escapar de la crisis.
“Venezuela parece ser
uno de los países donde se verifica un aumento importante de su dinámica de
emigración. Ahí están confluyendo factores típicamente expulsores: desesperanza
interna, falta de oportunidades”, explica Martínez.
El desafío para muchos,
especialmente en Centroamérica, es la recepción de migrantes irregulares que
buscan llegar hacia Estados Unidos. El movimiento de refugiados no caracteriza
especialmente a la región, como ocurre en Europa y Medio Oriente. Pero se ha
registrado peticiones de sirios que escapan de la guerra civil en su país y
también de quienes huyen de la violencia y los conflictos políticos.
Aquí, una mirada a la
migración latinoamericana:
Vea más información en:
O Globo, Brasil:
http://oglobo.globo.com/mundo/crises-economicas-violencia-geram-nova-onda-migratoria-na-america-latina-19917796
El Tiempo, Colombia:
http://www.eltiempo.com/mundo/latinoamerica/movimiento-migratorio-en-america-latina/16673726
El Nacional, Venezuela:
http://www.el-nacional.com/siete_dias/Migracion-America-Latina-patrones-economicos_0_910708981.html