Por Michael Shifter
Presidente –
Diálogo Interamericano. Washington, DC
Una supuesta maldición china dice
“ojalá vivas tiempos interesantes”. A juzgar por los cambios que refleja la
encuesta 2017 del Grupo de Diarios de América (GDA), la maldición se está
cumpliendo.
Por segundo año consecutivo,
Donald Trump está al tope de las noticias y personajes relevantes en la
encuesta GDA. Un año después de su llegada a la Casa Blanca, Estados Unidos atraviesa
un período de polarización social, creciente desigualdad y deterioro
institucional como pocos en su historia. Trump, hay que aclararlo, es tanto
causa como consecuencia de esta situación, que viene gestándose desde hace
tiempo. El país vive pendiente de los infantiles tweets matutinos de su presidente, y de la investigación del fiscal
especial Mueller sobre el rol de Rusia en la llegada de Trump al poder. Una
combinación entre lo grotesco y sospechas de corrupción digna del tan denostado
“tercer mundo”.
Pero, además, Trump parece
decidido a que EEUU abandone el liderazgo global que asumió tras la segunda
guerra mundial. El amateurismo de su política exterior, su rechazo a las normas
internacionales más elementales y los insultos gratuitos a países aliados así
lo prueban. Dos de las noticias destacadas por la encuesta GDA 2017 evidencian
este lamentable estado de cosas: El manejo que ha hecho Trump de la crisis
nuclear con Corea del Norte, con una retórica digna de los reality shows que hicieron famoso al presidente, y la retirada de
EEUU del Acuerdo de Paris sobre cambio climático.
¿Cómo seguirá esta historia? Como
señala la encuesta GDA, las elecciones legislativas de 2018 serán cruciales. Si
Trump sigue teniendo el respaldo de las bases Republicanas, y los Demócratas
continúan sin liderazgo ni ideas para enfrentarlo, la actual situación podría
prolongarse.
Sin embargo, a pesar de las
disrupciones que trajo Trump, la encuesta GDA 2017 nos muestra que el mundo
siguió girando. El Estado Islámico (ISIS) es una sombra de lo que fue, aunque
está siendo reemplazado por otros grupos violentos. La economía mundial crece a
tasas aceptables. China y su presidente Xi Jinping parecen más que dispuestos a
subir su perfil internacional para ocupar parte del espacio que deja vacante
EEUU en el mundo. Y el proyecto europeo, amenazado por los nacionalismos y el Brexit, ganó un poco de oxígeno tras la
contundente victoria de Emmanuel Macron en las elecciones presidenciales
francesas. Lamentablemente, también continúan las violaciones a los derechos
humanos, como lo muestra la desesperante situación de los migrantes en el
mediterráneo y América Latina, y la limpieza étnica contra el pueblo rohingya
en Myanmar.
En América Latina, la encuesta
GDA 2017 resalta dos de los temas más importantes en la agenda: los escándalos
de corrupción y el desastre venezolano. El malestar ciudadano por la corrupción
se extendió por la región de forma imparable, poniendo contra las cuerdas a
políticos y mandatarios de todas las extracciones políticas. El epicentro de
este terremoto político fue Brasil, donde el juez Sergio Moro (personaje
latinoamericano más influyente) lidera la investigación del caso Lava Jato que tiene en vilo a la clase
política.
¿Será este un antes y un después
en la región, o una crisis pasajera para las elites políticas y económicas? La
respuesta quedará más clara tras las elecciones presidenciales de 2018 en
Brasil, Colombia y México. Hasta ahora, el resultado en estos tres casos es
totalmente incierto, con un gran número de candidatos, muchos independientes
por fuera de los partidos tradicionales, y mucha volatilidad. El apoyo a la
democracia parece flaquear en la región, dejando amplio espacio a los
populismos de izquierda y derecha. En el país más grande de América Latina, Brasil,
los dos principales candidatos parecen ser el ex presidente Lula –ya condenado
por el juez Moro por corrupción—y el populista de ultraderecha Jair Bolsonaro.
Pocas razones para el optimismo.
Donde hay todavía menos esperanza
es en Venezuela. Una vez más, la oposición subestimó al gobierno y malgastó un momento
de fortaleza debido a sus divisiones internas. Con la dictadura consolidada
mediante la creación de una vergonzosa “asamblea constituyente” copada por el
chavismo, Nicolás Maduro refuerza su régimen en alianza con las fuerzas
armadas, mientras sigue empujando al país a un precipicio económico, social y
político que parece no tener fondo.
La Argentina de Mauricio Macri
parece ser una de las pocas buenas noticias en la región. Reforzado en las
elecciones de medio término, el mandatario argentino buscará seguir con su
agenda de reformas, aunque deberá enfrentar varios desafíos económicos y
políticos para lograrlo. La organización de la cumbre del G20 en Buenos Aires a
fines de 2018 será una ventana inmejorable para mostrar esa “nueva” Argentina
al mundo.
Las transformaciones
tecnológicas, geopolíticas y económicas que vivimos actualmente derrumban
viejos paradigmas y nos obligan a replantear cómo analizar la realidad. Como
siempre, la encuesta GDA es un insumo fundamental para entender la magnitud de
los cambios y su impacto en nuestro futuro.