En diez
países de América aumentan los crímenes contra LGBT.
EL TIEMPO y GDA lo
investigaron.
Por: Unidad de Datos EL TIEMPO, GDA y colaboradores
En la última década, los crímenes contra miembros de esta población aumentaron en 10 países de América Latina. En Brasil hubo 958 crímenes en 3 años y en Colombia 142 fueron masacrados en medio del conflicto armado.
En la última década, los crímenes contra miembros de esta población aumentaron en 10 países de América Latina. En Brasil hubo 958 crímenes en 3 años y en Colombia 142 fueron masacrados en medio del conflicto armado.
Cada 19 horas
una persona LGBT es asesinado o se suicida víctima de LGBTfobia, lo que hace de
Brasil el país número uno en el mundo en ese tipo de crimen. Los datos son de
la ONG Grupo Gay de Bahía, que informó que en el año 2017 allí se registraron
445 casos. La situación es dramática en este país, pero en el resto de América
Latina también.
Contra viento y marea, las organizaciones civiles y la prensa llevan las cifras sobre los crímenes contra lesbianas, gais, bisexuales y transexuales. Sin embargo, existe un subregistro producto del miedo que trae consigo denunciar la identidad sexual y la impunidad de la justicia para investigar y darle rostro a un tema que duele.
En palabras del director del Instituto Nacional de Medicina Legal de Colombia, Carlos Valdés, hace diez años en Colombia no se analizaban tan fielmente los crímenes contra la población LGBT, pues eran considerados homicidios simples o agravados, de acuerdo con las circunstancias. “No hacíamos un registro juicioso. Y no hacíamos diferenciación por género”, reconoce Valdés, pero “el Instituto ha entrado en una modalidad de estudio diferencial y hemos detectado asuntos muy dolorosos”.
Contra viento y marea, las organizaciones civiles y la prensa llevan las cifras sobre los crímenes contra lesbianas, gais, bisexuales y transexuales. Sin embargo, existe un subregistro producto del miedo que trae consigo denunciar la identidad sexual y la impunidad de la justicia para investigar y darle rostro a un tema que duele.
En palabras del director del Instituto Nacional de Medicina Legal de Colombia, Carlos Valdés, hace diez años en Colombia no se analizaban tan fielmente los crímenes contra la población LGBT, pues eran considerados homicidios simples o agravados, de acuerdo con las circunstancias. “No hacíamos un registro juicioso. Y no hacíamos diferenciación por género”, reconoce Valdés, pero “el Instituto ha entrado en una modalidad de estudio diferencial y hemos detectado asuntos muy dolorosos”.
Otras voces,
como la de la Defensoría LGBT de Argentina, dan cuenta del ocultamiento de la
orientación sexual de los fallecidos. Razón por la cual identificar los
crímenes de odio en los países es difícil. Una forma es detectarlos por el
nivel de sevicia que emplea el asesino: violar, apedrear, empalar, descuartizar
o acuchillar múltiples veces a la víctima.
Lo anterior sin contar con que hay muchos suicidios que resultan del matoneo y la estigmatización. A juicio de las autoridades forenses, tanto en Colombia como en Argentina, los crímenes contra los LGBT son una realidad que camina invisible en nuestras sociedades.
Visualización de Datos: Esteban Ponce de León, ElTiempo/GDA
En Brasil, 39 personas con identidad sexual diversa se suicidaron en tres años; 286 fueron asesinadas con arma de fuego y 275, con arma blanca; 97 fueron asfixiadas; 28, apedreadas; 10, carbonizadas y 3, envenenadas.
No se trata solo de frías estadísticas, sino de historias que, de vez en cuando, alcanzan a conmover en cada país.
Lo anterior sin contar con que hay muchos suicidios que resultan del matoneo y la estigmatización. A juicio de las autoridades forenses, tanto en Colombia como en Argentina, los crímenes contra los LGBT son una realidad que camina invisible en nuestras sociedades.
Visualización de Datos: Esteban Ponce de León, ElTiempo/GDA
En Brasil, 39 personas con identidad sexual diversa se suicidaron en tres años; 286 fueron asesinadas con arma de fuego y 275, con arma blanca; 97 fueron asfixiadas; 28, apedreadas; 10, carbonizadas y 3, envenenadas.
No se trata solo de frías estadísticas, sino de historias que, de vez en cuando, alcanzan a conmover en cada país.
En
Rosario, Argentina, asesinaron a Mónica Ortiz con siete puñaladas. La mujer
trans, de 53 años, fue hallada muerta dentro de su casa, en junio del 2016. Su
cuerpo estaba atado a la cama y calcinado.
En México, la organización Letra S logró sacar de la cárcel a un hombre gay injustamente señalado de asesinar a su pareja. Tras el proceso judicial se logró comprobar que fiscales y jueces comparten prejuicios contra la comunidad gay que determinaron el fallo, lo cual se constituye en una clara discriminación.
142 asesinatos de integrantes de la comunidad LGBT en Colombia ocurrieron en el marco del conflicto armado y como consecuencia de los prejuicios de los violentos.
En las confesiones de Justicia y Paz, un mecanismo judicial para la reincorporación de los paramilitares colombianos –escuadrones de extrema derecha–, sus miembros confesaban con la mayor serenidad los peores delitos –torturas, desapariciones forzadas–, pero eso sí se molestaban cuando algunos de sus comandantes se referían a ellos como “maricas”.
En México, la organización Letra S logró sacar de la cárcel a un hombre gay injustamente señalado de asesinar a su pareja. Tras el proceso judicial se logró comprobar que fiscales y jueces comparten prejuicios contra la comunidad gay que determinaron el fallo, lo cual se constituye en una clara discriminación.
142 asesinatos de integrantes de la comunidad LGBT en Colombia ocurrieron en el marco del conflicto armado y como consecuencia de los prejuicios de los violentos.
En las confesiones de Justicia y Paz, un mecanismo judicial para la reincorporación de los paramilitares colombianos –escuadrones de extrema derecha–, sus miembros confesaban con la mayor serenidad los peores delitos –torturas, desapariciones forzadas–, pero eso sí se molestaban cuando algunos de sus comandantes se referían a ellos como “maricas”.
La
Procuraduría para la Defensa de los Derechos Humanos de El Salvador informa que
los niveles de crueldad ejercidos por los agresores son desproporcionados:
atan, degüellan, lastiman con alambre de púa o cercenan los genitales de las
víctimas.
Estos actos
envían mensajes a toda la comunidad LGBT del país. En La Paz, un departamento
de El Salvador, asesinaron a dos mujeres trans, de 22 y 29 años, y luego
desaparecieron y asesinaron a otra más que había ido al sepelio de sus
compañeras. Este hecho fue suficiente para que otras 6 mujeres trans huyeran
hacia Estados Unidos.
A Kiara, una
mujer trans de 25 años, la encontraron sin vida en un parque de Uruguay la
madrugada del 24 de septiembre del 2012. Estaba bocabajo, con un balazo en la
cabeza y parte de su cuerpo incinerado, como si alguien se hubiese empecinado
en borrar su identidad. El anillo policial hallado en uno de sus dedos ha hecho
pensar a los investigadores en que el homicida fue un asesino serial vinculado
a dicha institución. Sin embargo, nada ha podido ser comprobado.
En Honduras,
la edad promedio de las víctimas de crímenes de odio por diversidad sexual es
de 34 años, y aunque la totalidad de los casos reportados por una ONG tienen
una respuesta de la justicia, no hay información disponible sobre cómo se
cometieron los crímenes.
En Venezuela,
los datos no se acercan aún a la realidad; sin embargo, se sabe que 13 personas
fueron impactadas con balas y 10, golpeadas con martillos y piedras por no ser
heterosexuales.
En el Perú no
existe un registro oficial de ataques y crímenes de odio sufridos por miembros
de la comunidad LGBT, pero hay casos imborrables como el de Alfredo Alfaro
Caballero, de 51 años. Era gay y prefería que lo llamaran Dennis. Trabajaba en
un salón de belleza, en la ciudad de Huancayo (sierra central). El 22 de enero
del 2016 fue asesinado en su local. Lo hallaron amordazado y atado de pies y
manos con señas de haber sido asfixiado.
En Puerto
Rico hay ley para procesar los crímenes de odio, pero solo se ha producido una
sentencia, 14 años después de que las Reglas de Procedimiento Criminal
incluyeran el prejuicio como una circunstancia agravante a la comisión de un
delito y 11 años después de que ese agravante se estableciera en el Código
Penal de Puerto Rico.
Los miembros
de los colectivos que defienden los derechos de las personas LGBT en América
Latina reclaman el respeto por la diversidad en un territorio desigual en donde
no los pueden seguir lastimando.
Las
organizaciones civiles de los diferentes países tienen registros de este pasado
y presente dolorosos. Ahora coinciden en pedir políticas públicas para que el
futuro sea más esperanzador.
*Este texto hace parte del reportaje 'A nadie le importó', elaborado por la Unidad de Datos de EL TIEMPO en alianza con reporteros del Grupo de Diarios América (GDA).
Publicaciones en los sitios del GDA:
El Tiempo de Colombia: (Especial completo)
'A nadie le importó': Crímenes de
odio en Colombia y Latinoamérica contra personas de la población LGBT.
La Nación de Argentina:
Radiografía de los crímenes de odio en América latina
Crímenes de odio en la Argentina: falta un cambio cultural para convertir las leyes en igualdad social
http://www.lanacion.com.ar/2086526-crimenes-de-odio-en-la-argentina-falta-un-cambio-cultural-para-convertir-las-leyes-en-igualdad-social
O Globo de Brasil:
Falta de dados oficiais dificulta solução de crimes contra a homofobia
https://oglobo.globo.com/sociedade/falta-de-dados-oficiais-dificulta-solucao-de-crimes-contra-homofobia-1-22317485
O Globo de Brasil:
Falta de dados oficiais dificulta solução de crimes contra a homofobia
https://oglobo.globo.com/sociedade/falta-de-dados-oficiais-dificulta-solucao-de-crimes-contra-homofobia-1-22317485
La Prensa Gráfica de El Salvador:
A nadie le importó
http://7s.laprensagrafica.com/nadie-le-importo/
Cuando no se existe en vida ni en muerte
http://7s.laprensagrafica.com/cuando-no-se-existe-vida-muerte/
El País de Uruguay:
América Latina: cruel con los LGBT
El Universal de México:
A nadie le importó (Especial interactivo)