Entrevista
exclusiva para el Grupo de Diarios América (GDA*)
SERGIO GÓMEZ MASERI
Corresponsal de EL TIEMPO/GDA
Washington
A Mauricio
Claver-Carone lo describen con frecuencia como el cerebro gris tras la
estrategia estadounidense que hoy tiene contra las cuerdas al régimen de
Nicolás Maduro en Venezuela.
Y sin duda
lo es. De origen cubano, pero nacido en la Florida, Claver-Carone lleva seis
meses como Asesor en Seguridad Nacional para el Hemisferio Occidental del
presidente Donald Trump.
Desde
entonces ha venido empujando una aproximación de ‘línea dura’ contra Caracas
que comenzó con el rápido reconocimiento de Juan Guaidó como presidente
interino hace casi tres semanas y que ha dado paso a la imposición de severas
sanciones económicas y el despliegue de enormes volúmenes de ayuda humanitaria
que hoy está en la frontera con Colombia lista para ser entregada.
Claver-Carone
recibió a este corresponsal en la Casa Blanca para una entrevista exclusiva con
el Grupo de Diarios América (GDA).
En ella, el
funcionario garantiza que la asistencia ingresará a Venezuela y habla de un
“cerco humanitario” que terminará por doblegar al gobierno. Vuelve a insistir,
también, en que todas las opciones están sobre la mesa y describe el actual
momento como uno irreversible que solo concluye con la salida de Maduro del
poder.
- El presidente de Colombia, Iván
Duque, viene la semana entrante a Washington para reunirse con Donald Trump.
Supongo que el tema de Venezuela estará alto en la agenda.
Absolutamente.
La relación entre EE. UU. y Colombia tiene una larga historia especialmente en
lucha contra las drogas y el terrorismo y en ese sentido el tema de Venezuela
es relevante porque el régimen de Maduro y sus secuaces son la causa de
múltiples problemas de seguridad por su relación con grupos terroristas y con
el narcotráfico. De eso hablarán, al igual que de la situación actual.
- ¿Qué rol han jugado Colombia y
Brasil en la resolución de esta crisis en Venezuela? Se lo pregunto porque
ambos son gobiernos de derecha que acaban de ascender al poder y cuya postura
ha sido más agresiva que la de sus antecesores.
Tanto Duque
como Jair Bolsonaro han sido aliados claves de EE. UU. en este tema. Sin el
liderazgo de ellos estaríamos ante una situación muy diferente. Además son dos
países que están sufriendo de primera mano la crisis de los refugiados y la
crisis de seguridad en las fronteras. Están expuestos al mal manejo que ya
lleva años en Venezuela y al apoyo a grupos terroristas de parte de Maduro y
sus allegados.
- La ayuda humanitaria que ustedes
prometieron está llegando. Pero persiste el mismo dilema. ¿Cómo hacer que entre
y les llegue a los que la necesitan si el gobierno de Maduro continúa
bloqueándola?
Vamos a
continuar llevando la ayuda y de hecho la vamos a incrementar. No solo en
Cúcuta sino alrededor de Venezuela en muchos puntos. La ayuda va a entrar. No
es un tema de si podrá ingresar sino de cuándo. Y cuando eso pase estaremos
listos para distribuirla de inmediato. Lo que hizo Maduro al poner esos
obstáculos en el puente ha sido un desastre desde el punto de vista de
relaciones públicas porque está impidiendo que ingrese lo que más necesitan los
venezolanos. Las mismas fuerzas armadas, sus miembros, son familias que
necesitan esa ayuda.
- ¿Qué está sugiriendo cuando dice
que la ayuda terminará ingresando sí o sí?
No voy a
entrar en detalles. Lo que sí le digo es que va a entrar y se lo digo porque
estamos avanzando por un camino que es irreversible. No solo Juan Guaidó tiene
el apoyo en las calles sino que se están cerrando los espacios financieros a
nivel internacional para este régimen. Cuando usted tiene a 30 personas
bloqueando el ingreso de la comida y las medicinas que necesitan 30 millones,
pues es una pelea perdida. Por eso digo que es cuestión de tiempo.
- Hay gente en Washington que ya
habla de establecer por la fuerza un corredor humanitario para entregar la
ayuda si Maduro insiste en bloquearla. ¿Es algo en lo que están pensando?
No me
corresponde entrar en detalles sobre estrategias. Lo que se viene ahora es que
vamos a rodear a Venezuela con ayuda humanitaria. Es decir, una especie de
cerco humanitario en el que estamos trabajando con Brasil, Colombia y el
Caribe. Esa es la etapa en la que estamos ahora. Luego entraremos a otra etapa
en la que definiremos qué hacer para que ingrese.
- Ya van casi tres semanas desde que
comenzó está arremetida contra Maduro y aún sigue en el poder. ¿Tienen ya un
plan B en caso de que no caiga y se atornille en la presidencia?
El camino
por el que vamos es irreversible. No hay un solo escenario en el que Maduro y
los que se aferran en el poder puedan gobernar en Venezuela y puedan sobre
vivir a la crisis económica y social que ellos mismos crearon y que ahora se
acentúa por las sanciones de EE.UU. y la presión internacional de Europa y
América Latina. El reconocimiento internacional de Guaidó sigue creciendo y eso
también es irreversible. Lo misma pasa con la opinión pública. Según las
encuestas, el 85 por ciento de los venezolanos quiere que se vaya y eso no va a
cambiar.
Venezuela ya
comenzó una transición constitucional pacífica y la pregunta ya no es si Maduro
acepta esta realidad o no, sino de cuánto tiempo demorará en aceptarlo.
- ¿Y qué pasa si Maduro decide
convocar a elecciones presidenciales? ¿Ustedes apoyarían esa salida?
Maduro, como
un ciudadano más de Venezuela, podría hacer esa oferta al gobierno interino.
Pero esa es una decisión que le corresponde a Juan Guaidó, que es quien debe
definir los términos de una elección. Nosotros no reconocemos a Maduro como
presidente y desde nuestra perspectiva no tiene la autoridad para convocar
nada.
- El mundo entiende que cuándo
ustedes dicen que “todas las opciones están sobre la mesa” es porque también
están considerando una salida militar a esta encrucijada. ¿Es así?
Eso es lo
que ha dicho el Presidente (Trump) y la frase habla por sí sola. No ayuda
entrar en situaciones hipotéticas. Esto es un ejercicio que hacemos con
seriedad todos los días y estamos listos para responder ante cualquier
circunstancia.
- La apuesta desde el comienzo ha
sido tratar de que las fuerzas armadas le den la espalda a Maduro. ¿Por qué
cree que aún no sucede, pese a las
ofertas de amnistía que se les han hecho?
La apuesta
es que todos acepten la transición pacífica y democrática que se ha presentado
en Venezuela y eso incluye a los militares. Yo creo que las tropas ya tomaron
esa decisión. Hay individuos que quisieran tomar esa decisión, pero se quieren
asegurar de que su futuro y el de sus familias esté seguro. Hemos dejado claro,
y eso lo dijo el asesor (de Seguridad Nacional, John) Bolton esta semana, que
los militares que acepten la transición no serán perseguidos por EE. UU.
Nuestro negocio no es la venganza, ni los estamos buscando para cobrar cuentas.
Lo que queremos ver es una transición democrática para que el país vuelva a ser
próspero.
- ¿Eso quiere decir que EE. UU.
incluso les perdonaría los cargos por narcotráfico y otros delitos que algunos
puedan tener con la justicia de su país?
No podemos
hablar por el sistema judicial (en EE. UU.). Pero cuando hemos designado a
estas personas para sanciones a través del Departamento del Tesoro se entiende
que lo que se busca es que cambien su comportamiento. Y si cambian el
comportamiento entonces podemos considerar levantar esas sanciones financieras
que fueron impuestos a través de órdenes ejecutivas.
- Maduro les dio 30 días para evacuar
el personal diplomático de Venezuela. ¿Piensan ustedes cumplir cuando expire
ese plazo a finales de este semana que comienza?
Cuando
Maduro habla lo hace un ciudadano más de Venezuela y no su presidente. Nuestras
decisiones están basadas en lo que decida el gobierno de Juan Guaidó.
- ¿Qué les dice usted a los países de
Europa y algunos de la región que insisten en el diálogo y aún no respaldan la
aproximación de EE. UU. para solucionar esta crisis?
En realidad
estamos hablando de una minorías de países, pues la gran mayoría ha reconocido
al gobierno de Guaidó. Y a ellos les diría que acepten esta transición hacia la
democracia y que apoyen a Guaidó. Que al no hacerlo se están quedado del lado
de gente que está involucrada en actividades ilegales, que ha robado, que ha
causado una crisis humanitaria masiva y que están en el lado incorrecto de la
historia.
- ¿No le preocupa que el activo rol
que ha jugado EE. UU. termine por revivir el fantasma del intervencionismo
estadounidense en la región y termine fortaleciendo a movimientos de extrema
izquierda?
La posición
de EE. UU. es la misma que la de la mayoría de países en la región y por eso no
comparto esa presunción. Adicionalmente, la tendencia que se ve en la región es
completamente opuesta. Los días del socialismo del Siglo XXl están contados. El
ALBA (Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América, que empujó Hugo
Chávez) pende de un hilo. Y lo vimos en las elecciones recientes en El
Salvador, donde la gente rechazó de manera categórica al candidato del (Frente)
Farabundo Martí. Lo que vemos es una tendencia regional de apoyo a la
democracia, a la prosperidad, a los mercados libres. Es una alianza que está
creciendo, de la que estamos orgullosos de pertenecer y que ahora quiere ver un
cambio democrático en Venezuela.
- Este viernes circuló una historia
de un avión que al parecer lleva varias semanas haciendo viajes entre Miami,
Venezuela y Colombia y que, según Maduro, estaría transportando armas. Se lo
pregunto de frente: ¿Está EE. UU. armando a la oposición en Venezuela?
EE. UU. ni
estimula, ni apoya este tipo de conducta por parte de particulares y no tenemos
nada que ver con ello. Es más, le diría que a mí me parece que esto es fake
news. Típica estrategia de rusos o cubanos para desinformar. No hay evidencias
de nada.
*El GDA está integrado por La Nación
de Argentina, O Globo de Brasil, El Mercurio de Chile, El Tiempo de Colombia,
La Nación de Costa Rica, El Universal de México, La Prensa Gráfica de El
Salvador, El Comercio de Perú, El Nuevo Día de Puerto Rico, El País de Uruguay
y El Nacional de Venezuela.