Encabezado

junio 30, 2020

Especial GDA: Matrimonio infantil, una realidad que golpea en América Latina

25% ha sido víctima en la región; México ocupa lugar 8, según reporte del UNFPA; Cada día se producen en el mundo alrededor de 33 mil uniones de este tipo, destaca.

De 107 millones de niñas que hay en América Latina y el Caribe, 60 millones de ellas estarán casadas antes de cumplir los 18 años, reveló el informe del Estado de la Población Mundial 2020. (Foto: César Melgarejo / "El Tiempo" / GDA)
De 107 millones de niñas que hay en América Latina y el Caribe, 60 millones de ellas estarán casadas antes de cumplir los 18 años, reveló el informe del Estado de la Población Mundial 2020. (Foto: César Melgarejo / "El Tiempo" / GDA)

Alexis Ortiz y Tomer Urwicz/ El Universal MX y El País UY/GDA

Esta es una de las prácticas más nocivas contra las mujeres, de acuerdo con el UNFPA, junto con la mutilación genital —que afecta principalmente a África— y la preferencia de los hombres sobre las mujeres, una práctica cultural arraigada en diversas latitudes.

El informe del fondo de población indica que la unión infantil ocurre al menos en 24 países de la región, aunque con marcadas diferencias. En Honduras, Nicaragua y República Dominicana más de un tercio de las niñas está en una relación de este tipo o contrae matrimonio antes de los 18 años.

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A nivel mundial y en números absolutos, Brasil y México ocupan el cuarto y octavo lugar, respectivamente, en cuanto a la cantidad de niñas casadas antes de la mayoría de edad. Y países de “avanzada” en la llamada agenda de derechos, como Uruguay y Costa Rica, tienen entre la cuarta y quinta parte de sus jóvenes que se han casado cuando todavía eran menores.

En Trinidad y Tobago, Haití y Jamaica, por ejemplo, reportan que menos de 15% de los jóvenes se unieron con otra persona hasta 2019.

“Hemos logrado avances, no vamos a decir que no lo hemos hecho, la sociedad tiene cada vez más conciencia de estas prácticas nocivas, pero el número de niñas sometidas a estas prácticas aún está creciendo porque la población va en aumento”, comenta Harold Robinson, director regional para América Latina y el Caribe del UNFPA.

Factores de la unión libre

Las desigualdades de género y sociales, la pobreza, las costumbres culturales y el desconocimiento del tema son algunos factores que propician los matrimonios y las uniones infantiles, aun cuando en varios países hay leyes que prohíben esos actos.

“La unión infantil ha sido una práctica no visibilizada hasta muy recientemente y, por lo tanto, si un problema no se ve, no se aborda desde la política pública. Todavía encontramos muchas resistencias en la región; dicen que este problema no existe, [sólo] en otras regiones del mundo”, señala Neus Bernabeu, asesora regional de Género y Juventud de UNFPA para América Latina y el Caribe.

El antropólogo Nicolás Guigou, de la Universidad de la República de Uruguay, ejemplifica cómo los factores culturales y políticos de ese país influyen en la unión infantil.

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“En las zonas rurales el matrimonio de adolescentes es una práctica más común y tiene que ver con el proceso civilizatorio. A nivel de fenómeno político, en Uruguay el batllismo fue el proceso civilizatorio del país que trajo las ideas europeas. Eso mismo se replicó en casi toda América Latina. Fue un proceso de modernización radical, pero no homogéneo para el territorio.

“De ahí que, en el llamado interior profundo, haya prácticas de casamientos tradicionales entre mujeres chicas y hombres grandes”. Batllismo es el nombre con el que se identificó a una corriente del Partido Colorado de Uruguay, inspirada en las ideas y la doctrina política creada por el fallecido expresidente José Batlle y Ordóñez.

Las menores de edad suelen ser obligadas por sus familias a contraer una relación con alguien, bajo la idea de que se les protege socialmente o también por el estereotipo de que para eso nacieron.

“Solamente tenía 12 años cuando me casaron con mi primo de 25. Yo estaba sentada en el suelo coloreando las princesas de mi libro, cuando mi madre entró en la habitación. Se sentó en la cama y me dijo: ‘Najma, mañana te casas’”, dice uno de los testimonios recabados por el Fondo de Población en su informe.

El documento también ahonda en los impactos que tiene en la vida de las mujeres la unión temprana: embarazo precoz, riesgo de lesiones o muerte durante el parto, mala nutrición, la posibilidad de tener más hijos respecto a otras personas, abandono escolar, violencia de género y daños sicológicos duraderos.

“Es urgente que como sociedad definamos qué mundo queremos para nuestras niñas y mujeres, si queremos un mundo lleno de sufrimiento o un mundo lleno de oportunidades, y tenemos que actuar de manera urgente, si queremos llegar a ese cero de prácticas nocivas a las que nos hemos comprometido”, concluye Neus Bernabeu.

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Retos a futuro

Debido a la prevalencia de los matrimonios y uniones infantiles, los expertos del UNFPA admiten que hay muchas dudas sobre si se podrá cumplir el objetivo de desarrollo sostenible respecto a la erradicación de esta práctica para la agenda 2030 de la ONU.

El UNFPA tiene estimado que para 2030 haya otras 150 millones de niñas unidas con una pareja o casadas, además de que la pandemia por Covid-19 podría provocar que a esa cifra se sumen 13 millones más a esta condición a nivel global.

Los expertos alertan sobre la necesidad de invertir, a partir de ahora, 3 mil 400 millones de dólares al año a nivel global para impedir un estancamiento o retroceso en la lucha contra el matrimonio infantil.

Asimismo, Harold Robinson, director regional del fondo de población, ejemplifica los cambios culturales que hay que llevar a cabo para modificar esta práctica.

“Uno empieza en la casa con la valoración de las niñas, no tratarlas como mercancías, y el otro es el aspecto social porque estamos perdiendo ese capital humano de las niñas, tenemos una especie de prejuicio sobre el potencial de estas niñas”, opina al respecto Robinson.

En este sentido, para los especialistas en la materia el matrimonio o la unión infantil no se erradicará sólo con políticas públicas, sino con la participación de toda la sociedad, avanzando en el reconocimiento de los derechos de las mujeres y desmontando la sociedad machista en la que nos hemos desarrollado.

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