“Es un error
enfrentar la violencia del
Estado con el silencio”
El líder
opositor considera que la resistencia al cambio no está en el pueblo
venezolano, ni siquiera en los militantes del partido oficialista, sino en una
élite que gobierna sin escrúpulos y al margen de la Constitución con el
propósito prioritario de mantenerse en el poder.
Desde la
prisión militar de Ramo Verde, donde ha permanecido 669 días aislado, señala
que los resultados de las elecciones parlamentarias venezolanas, sumados al
triunfo de Mauricio Macri en Argentina abren un período de cambios en América
Latina.
EDGAR LÓPEZ
El
Nacional/Venezuela/GDA
Francisco Olea - El Mercurio/Chile/GDA |
Lograr responder a las preguntas del
Grupo de Diarios América sobre la coyuntura política económica y social de
Venezuela y las posibilidades de cambio que se abren con el triunfo opositor en
las elecciones del 6 de diciembre, es otra victoria que Leopoldo López comparte
con sus familiares y abogados frente a los esfuerzos del gobierno para
silenciarlo y aniquilarlo políticamente. Todos sus movimientos están vigilados
segundo a segundo, las pocas personas que pueden visitarlo (madre, hermanas,
esposa, hijos y abogados) son sometidas a rigurosas y a veces humillantes
requisas a la entrada y a salida de la prisión militar de Ramo Verde, y tiene
prohibido comunicarse directamente con los medios de comunicación social.
Existe el riesgo de que conceder esta entrevista le cueste algún castigo
a la entera discreción de sus carceleros, porque hasta excrementos han lanzado
a su celda.
Sin embargo, ningún otro proceso judicial
ha llamado la atención nacional e internacional tanto y tan sostenidamente como
el de López. Desde organismos de protección de derechos humanos, encabezados
por las más altas instancias de la ONU y la OEA, hasta presidentes y ex
presidentes tan diversos ideológicamente como Barack Obama y José Mujica, así
como el papa Francisco, han abogado por la libertad del preso
político más emblemático del país, condenado a 13 años, 9 meses y 7 días de
prisión por “usar el arte de la palabra”, se indica textualmente en el fallo
de la jueza Susana Barreiros. Y quizás sea el preso político más importante
de América Latina, pues los 10 principales periódicos de la región, aglutinados
en el GDA, lo escogieron como el Personaje Latinoamericano del Año.
López, que hoy [20 de diciembre] cumple 669
días preso, ha superado el encierro y un juicio a puertas cerradas para
promover el debate sobre las deficiencias democráticas en Venezuela y las
transformaciones institucionales que adquieren mayor viabilidad luego de los
comicios del 6 de diciembre. En su opinión, la transformación necesaria e
impostergable no se limita a la alternancia en la conducción del Estado, sino
que debe orientarse a garantizar la plena vigencia de los derechos consagrados
en la Constitución sin exclusión alguna.
—¿Cómo durmió el 6 de diciembre?
—Esa
noche me acosté más comprometido que nunca con la lucha democrática. Me dije:
ha valido la pena, vale la pena cualquier sacrificio por la libertad de nuestro
pueblo. Pensé en el sufrimiento que han tenido que pasar los venezolanos por
culpa de un modelo equivocado, importado, que no se parece en nada a nosotros y
que ha tratado de ser impuesto por la fuerza. Reflexioné mucho acerca de los
venezolanos que en el pasado confiaron en ese proyecto y, defraudados, apuestan
por un cambio. Es una obligación de la toda la Unidad comunicarles y hacerlos
sentir que ese triunfo es de ellos, para ellos y por ellos. Al día siguiente ya
pude enterarme por medio de mi abogado, de los detalles y de la magnitud de la
victoria. Fue un plebiscito. No entre opositores y oficialistas, no. Un
plebiscito entre todo un pueblo unido y una élite corrupta, ineficiente y
antidemocrática encabezada por Nicolás Maduro y Diosdado Cabello. Ese domingo
los venezolanos escribimos un nuevo capítulo glorioso en nuestra historia al
doblegar a una dictadura a través de los votos. El pueblo, consciente de toda
su fuerza, se expresó por el cambio deforma arrolladora y no solo votó,
defendió su voto hasta el final. Los venezolanos le pusimos la mano en el pecho
a una elite que ha buscado hacernos creer que un país distinto no es posible y
demostramos que es posible.
—Solo ha cambiado el Legislativo. El
resto de los poderes públicos sigue controlado por el oficialismo.
—Haber
ganado representa la conquista para la lucha democrática de una institución
fundamental y representa un debilitamiento de la dictadura, en la búsqueda de
su quiebre definitivo. Pero también queda claro que para que Venezuela cambie
definitivamente debemos recuperar todas las instituciones. Hoy el TSJ nombrado
inconstitucionalmente y que se pretende "renovar" entre gallos y
madrugadas para incorporar más incondicionales al régimen antes de que se
instale la nueva Asamblea, sigue secuestrado, imposibilitando que haya
verdadera justicia en Venezuela. El Defensor del Pueblo solo defiende a la
dictadura. La Fiscal General de la República protege a los poderosos y en
Venezuela las víctimas que se atreven a denunciar son los que terminan acusados
y encarcelados. La Contraloría General de la República solo funciona en épocas
electorales para inhabilitar a todo el que piensa distinto, mientras de forma
cómplice observa el mayor robo y saqueo que se ha hecho al pueblo venezolano en
su historia. El CNE nuevamente jugó un triste papel en este proceso electoral,
permitiendo la campaña más abusiva de la historia y extendió de manera ilegal
la votación el domingo en un acto desesperado de la dictadura. Con la victoria
popular del 6-D, la dictadura está debilitada sí, pero aún mantiene
secuestrados a los otros poderes del Estado, y como ya anunció Maduro los usará
para desconocer la voluntad del pueblo. Estoy seguro que nuestros diputados de
la Unidad se mantendrán firmes y harán respetar la voluntad popular y que debemos
manejar la victoria con humildad y serenidad, pero al ver la reacción que ha
tenido Maduro y Cabello frente queda aún más claro que no podemos detenernos ni
un instante en conseguir el cambio definitivo que tanto demanda nuestro pueblo.
La dictadura está debilitada, pero aún vivimos en ella y nuestro pueblo votó
para cambiar un sistema que lo oprime, que lo humilla y que imposibilita que
pueda encontrar las soluciones a sus problemas más sentidos. La dictadura está
debilitada y es nuestro deber no darle respiro. Si Maduro y el resto de las
cabezas de los poderes secuestrados por una élite corrupta y antidemocrática
torpedean el cambio, pues hay que cambiarlos.
—¿Cuáles son las tareas prioritarias
de la nueva legislatura?
—Estoy
convencido que la nueva Asamblea Nacional no sólo tiene como tarea dictar leyes
democráticas, pues tiene el compromiso histórico de impulsar el cambio político
que tanto anhela nuestro pueblo. Estamos obligados al reimpulso económico y a
establecer una nueva agenda social para todos los venezolanos. Hay que ser
responsable con nuestro pueblo, hablándole con la verdad. No habrá solución a
los problemas que sufrimos sin que antes hayamos podido lograr el cambio
político de la cúpula corrupta que hoy usurpa el poder. ¿Acaso es posible reactivar
la producción y por tanto vencer la escasez y la inflación, dos grandes
sufrimientos de nuestro pueblo, mientras continúe en el poder un régimen que
frente a la paliza electoral usa como argumento principal para explicar su
derrota, una ficticia "guerra económica"? ¿Es posible solucionar la
inseguridad mientras continúe en el poder una dictadura que no es solo cómplice
de la delincuencia sino que mantiene secuestrado el poder judicial y por tanto
la esperanza de que exista justicia y no reine la impunidad? Hay que salir por
la vía constitucional de este desastre lo más pronto posible. Frente a las
inmensas injusticias que hoy sufre el pueblo venezolano, no hay espacio para el
cálculo político ni para las conveniencias personales. Ante las injusticias,
los atropellos y las violaciones a los derechos se reacciona. A las injusticias
se les combate. A las injusticias se les planta la cara con decisión, sin
miramientos ni recelos. Yo he decidió enfrentar a esta dictadura en todos los
terrenos, tanto en la calle protestando legítimamente, en lo electoral y en lo
moral y estoy convencido de que vale la pena. Se trata de reaccionar frente a
la urgencia, ¿es que la situación del país, la destrucción del país, el
sufrimiento de nuestro pueblo, no lo amerita? Venezuela se cae a pedazos ante
nuestros ojos. ¿Cómo le decimos a los venezolanas que viven angustiados las
calles con el temor de perder su vidas que debemos esperar hasta año 2019 para
cambiar este sistema?, ¿qué le decimos a los venezolanos que hacen colas todos
los días y cuya situación económica empeora al mismo tiempo? Cómo hemos dicho
insistentemente: allí están los mecanismos constitucionales. Ratificó el
compromiso con mis compañeros de la Unidad para que tal como acordamos en julio
de 2015, demos una discusión profunda sobre cual mecanismo activar para lograr
el cambio político: si es el revocatorio, la enmienda, la renuncia o la
constituyente.
—¿Cómo recibe el reconocimiento del
GDA?
—Con sorpresa, porque no me lo esperaba.
Con agradecimiento a quienes nos seleccionaron, porque no se trata solo de mi
persona sino de una causa, la causa de la libertad y la democracia para
Venezuela, que hoy abrazamos millones de venezolanos y en especial los que
hemos sido perseguidos, atropellados y encarcelados. Y con responsabilidad,
porque nos queda un camino por recorrer que debemos visualizar y materializar
con un alto nivel de compromiso. El apoyo internacional y los pronunciamientos
que nuestra causa ha recibido de los más amplios sectores, que incluyen organizaciones
mundiales, regionales, gobiernos, parlamentos, organismos no gubernamentales,
activistas, artistas y personalidades, han permitido que se levante el velo de
oscuridad y se disipe cierta confusión sobre lo que ocurre en Venezuela. Ello
ha hecho posible que se perciba con nitidez que el problema en lo social, lo
económico y lo político tiene un mismo origen: la instalación de un sistema de
gobierno autoritario, antidemocrático, corrupto, ineficaz y represor que
persigue como único objetivo mantenerse en el poder para beneficiar a una
pequeña élite que se ha enriquecido de manera exorbitante y ha dejado al resto
del país, a las grandes mayorías, a la deriva en una crisis sin precedentes en
Venezuela, la cual se manifiesta en una incontrolable escasez de alimentos y
medicinas, la mayor inflación del mundo, los más altos índices de violencia del
planeta y el colapso de los servicios públicos. El país ha debido disfrutar de
altos niveles de bienestar general, puesto que acabamos de salir del ciclo de
10 años de mayores ingresos a la nación como consecuencia del boom petrolero
por altos precios del crudo. Esta nueva percepción de la realidad venezolana
por la comunidad internacional será fundamental para el proceso de transición
hacia una Venezuela libre y democrática, transición que ha comenzado de manera
definitiva el 6 de diciembre con las elecciones parlamentarias y el respaldo
democrático y pacífico a un cambio profundo.
—En el panorama que describe ¿qué
papel le atribuye a los medios de comunicación?
—Es necesario recordar que en nuestro
país el régimen ha utilizado un alicate de asfixia a la libertad de expresión:
una tenaza es el control y los abundantes medios del Estado y la otra la
autocensura y la compra de medios privados por “dueños desconocidos”, con
capitales de dudosa procedencia. Hay que reconocer las excepciones que han
marcado distancia con la línea oficial y que representan un dique de
resistencia democrática. En ese sentido, destaco la labor de El Nacional,
El Nuevo País, Tal Cual, La Patilla, así como de CNN, NTN24 y ABC.
También debo destacar y reconocer la labor de periodistas independientes que no
han callado su voz y se manifiestan mediante las redes sociales y nuevas
tecnologías. La atención prestada al caso venezolano por medios internacionales
ha sido muy importante para la audiencia mundial y también para los venezolanos
que muchas veces encuentran más información sobre la problemática nacional en
estos medios que en los locales.
—¿Cómo debe afrontar el liderazgo
político y la sociedad civil la violencia promovida desde el gobierno?
—Enfrentar la violencia del régimen en
todas sus manifestaciones, física, institucional y comunicacional, comienza por
exponerla, por denunciarla en toda su dimensión. Es un error enfrentar la
violencia del Estado con el silencio, por eso hay que denunciarla ante todas
las instancias nacionales e internacionales. A pesar de que la denuncia formal
ante instancias nacionales pareciera ser un esfuerzo en vano, por el secuestro
y la impunidad de las instituciones, es necesario hacerlo para que quede
registro de quiénes son los promotores de la violencia. Es importante
desenmascarar a los violentos con coraje, superando el miedo y construyendo
amplias redes de solidaridad con las víctimas. Por otra parte, y es algo en lo
que he insistido, no debemos caer en provocaciones respondiendo a la violencia
con violencia, pero tampoco con pasividad y sumisión. Por eso los métodos de la
lucha no violenta tienen tanta vigencia en la Venezuela de hoy. Debemos
continuar y profundizar la organización de la protesta pacífica, que representa
una herramienta válida de lucha democrática y constituye un derecho
constitucional y universal. Yo estoy preso y condenado ilegalmente a 14 años de
prisión por haber denunciado la violencia del Estado y a la élite que gobierna
como antidemocrática, corrupta, represora y con presuntos vínculos con el
narcotráfico. Preso por denunciar y promover la protesta pacífica, popular y
constitucional en contra de la élite gobernante responsable de las graves
calamidades que hoy sufrimos los venezolanos. Estoy preso, pero jamás
arrepentido de haber denunciado a los responsables de la crisis, y de promover
el cambio popular, democrático y constitucional para Venezuela.
—¿Por qué la oposición venezolana, más
allá de la MUD, no ha podido unirse en un solo bloque?
—Con respecto a la unidad democrática
debemos reconocer que se ha avanzado, pero que queda camino por recorrer. En mi
opinión, la unidad más sólida, amplia e incluyente la lograremos mediante la ejecución
del acuerdo firmado por la Mesa de la Unidad en julio, en el que todos nos
comprometimos a que en los próximos procesos todas las candidaturas serán
seleccionadas por primarias de base, con la participación de todos, una unidad
construida de abajo hacia arriba. Vinculado con este proceso, estoy convencido
de la importancia de democratizar la estructura de los partidos políticos. Un
partido que promueva la democracia debe practicarla a todos los niveles de su
organización interna.
—¿Cuál debe ser la estrategia de la
oposición para vencer la resistencia de la dirigencia del chavismo a perder el
poder?
—Lo primero es identificar dónde está la
resistencia. La resistencia al cambio no está en el pueblo, ni siquiera en los
que votan por el PSUV, la resistencia al cambio está en su pequeña pero
poderosa élite, que ha secuestrado la democracia venezolana mediante el control
abusivo, cómplice y contrario a la Constitución de todos los poderes públicos.
Segundo: comunicar con serenidad y aplomo a todos los venezolanos que el cambio
que proponemos será en beneficio de las grandes mayorías y que se llevará
adelante con respeto a la Constitución y a la convivencia democrática. Tercero:
presentar de manera clara y sencilla la ruta constitucional para el cambio. Y cuarto:
dar señales muy claras a los que todavía apoyan al régimen de que perder no es
el fin del mundo, que es normal que en democracia se gane y se pierda, que
luego de 16 años en el poder y por aclamación popular toca un cambio para
Venezuela.
—¿Qué consecuencias pueden tener
para el gobierno de Nicolás Maduro los supuestos vínculos con el narcotráfico
de altos funcionarios y de familiares?
—Lo primero que debe ocurrir es una
explicación de Maduro. El silencio que ha mantenido hasta ahora solo abona su
presunta complicidad con el narcotráfico. De ser cierto que los más altos
niveles del régimen amparan el narcotráfico, lo político y moralmente correcto
sería que Maduro renunciara o al menos se separara del cargo, y que se inicie
una investigación sobre estos hechos. De no hacerlo por iniciativa propia,
corresponderá a la Asamblea Nacional comenzar un proceso con la finalidad de
investigar y desmantelar las redes de corrupción y narcotráfico que han
penetrado el Estado venezolano al más alto nivel. Hace 22 años Carlos Andrés
Pérez fue obligado a someterse a juicio y a abandonar la Presidencia por una
investigación judicial relacionada con el destino de una partida secreta
utilizada en apoyo a la seguridad de Violeta Chamorro en Nicaragua. Los delitos
a los que estaría vinculado Maduro y su élite de gobierno son infinitamente más
graves, razón por la cual debe renunciar y someterse a una investigación sobre
su presunta responsabilidad ante hechos de corrupción y narcotráfico.
—¿Cómo imagina la transición política
en Venezuela en términos de mecanismos y plazos?
—El primer paso que debemos dar es
consolidar el compromiso del liderazgo opositor en cuanto a que Maduro debe
salir antes de 2019 y que para lograrlo existen mecanismos constitucionales que
podrán ser aplicados de acuerdo con las circunstancias. El mensaje de cambio
expresado en la votación del 6 de diciembre debe convertirse en mandato popular
para el liderazgo político. Si los venezolanos mayoritariamente piden cambio,
le tocará al liderazgo definir una ruta pacífica, constitucional y oportuna
para lograrlo. Dependiendo de las circunstancias se tendrá que asumir una de
las alternativas de cambio en los poderes públicos: adelanto de elecciones,
referéndum revocatorio o la convocatoria a una asamblea constituyente. Una vez
definida la ruta constitucional para el cambio político, será necesario
trabajar en paralelo y de forma simultánea en dos terrenos: el institucional,
mediante la Asamblea Nacional, y el político-social para lograr un gran acuerdo
nacional sobre los temas más importantes. Este proceso de acuerdo nacional debe
incluir al menos cinco grandes temas: 1.- convivencia democrática: composición
de los poderes públicos, reelección y fortalecimiento de la federación; 2.- de
la crisis al bienestar social: los cambios en el modelo económico que permitan
erradicar la escasez, la inflación y el desempleo, teniendo como prioridad el
fortalecimiento de las capacidades de producción nacional; 3.- seguridad
ciudadana: fortalecimiento de los cuerpos de seguridad y disminución de la
impunidad como prioridades; 4.- democratización del petróleo: cómo aprovechar
al máximo y de manera más democrática la fortaleza de tener las más grandes
reservas de petróleo del mundo, y 5.- soberanía y convivencia cívico-militar.
Con respecto a la transición política, estamos en la obligación de trabajar de
manera simultánea el cómo (las vías constitucionales) y el para qué (el
destino, la orientación) del cambio. Sobre los plazos, en julio la Mesa de la
Unidad Democrática firmó un acuerdo en el que nos comprometimos a consolidar
este proceso de cambio durante los primeros seis meses de 2016.
—¿Qué hará usted desde la cárcel para
llevar adelante el cambio político que propone?
—No dejaré de comunicar mi opinión y de
buscar el mayor nivel de entendimiento entre el liderazgo político y el pueblo
venezolano para avanzar en un camino constitucional y democrático hacia el
cambio que merecemos los venezolanos.
—¿Cuál cree que será el impacto para
América Latina de la victoria de Mauricio Macri en Argentina?
—La victoria de Macri abre una nueva
etapa para las relaciones y la integración de los países de América Latina. Una
de las primeras declaraciones como presidente electo fue ratificar su
compromiso de invocar la Carta Democrática en el caso de Venezuela. Este es un
paso muy importante, puesto que pone en el primer nivel de prioridad la salud
democrática y el respeto de los derechos humanos en los países de la región. La
Carta Democrática que invoca Macri fue firmada por los países del continente en
septiembre de 2001. Sin embargo, debido a los ataques a las torres gemelas y la
respuesta norteamericana que derivó en la cuestionada guerra de Irak, la salud
democrática y el respeto de los derechos humanos pasaron a un segundo nivel en
la región y en el mundo. Coincido plenamente con Macri en que, luego de 15 años
de haber firmado la Carta Democrática, ha llegado el momento de que la
integración latinoamericana tenga como prioridad la promoción y defensa del
sistema democrático y el respeto de los derechos humanos. En este sentido, con
la victoria de Macri podemos hablar de un nuevo ciclo, en el contexto del cual,
estoy seguro, veremos cambios similares en Brasil y Venezuela, entre otros
países de la región.
Preso de conciencia
El 23 de julio de 2014, cuando comenzó la
fase de juicio del proceso penal contra Leopoldo López, el presidente Nicolás
Maduro adelantó una sentencia condenatoria. “Debe pagar por todo el daño que
hizo”, expresó públicamente el jefe del Estado. El 4 de enero de 2015 reiteró
su intervención en el caso: “La única forma en que yo use las facultades
presidenciales que tengo para liberarlo (a López) sería montarlo en un avión,
que vaya a los Estados Unidos, lo dejen allá y me entreguen a Óscar López
Rivera; pelo a pelo, hombre a hombre”.
Leopoldo López es el fundador y máximo
dirigente del partido Voluntad Popular (centro izquierda). 44 años de edad,
casado y dos hijos. Con maestría en Políticas Públicas de la Escuela Kennedy de
Gobierno de la Universidad de Harvard, inició su trayectoria pública con la ONG
Primero Justicia, dedicada a la promoción de la justicia de paz y el
saneamiento del Poder Judicial, que luego se transformó en partido político.
Fue alcalde reelegido del municipio
Chacao entre 2000 y 2008. Se postuló al cargo de alcalde metropolitano de
Caracas, pero el oficialismo le cerró el paso a través de una inhabilitación
administrativa. López impugnó la sanción y en 2011 la Corte Interamericana de
Derechos Humanos condenó al Estado venezolano por violación de sus derechos
políticos. Ha enfrentado más de 20 procesos judiciales.
Se postuló a la Presidencia de la
República en 2013, pero finalmente declinó a favor de Henrique Capriles Radonski.
En 2014 lideró el movimiento La Salida y
la marcha opositora que se realizó el 12 de febrero, por cuyo desenlace
violento se le responsabiliza. Una semana después, cuando se entregó a las
autoridades, expresó: “Me presento ante una justicia injusta y corrupta, pero
si mi encarcelamiento sirve para despertar al pueblo, valdrá la pena”.
La Fiscalía lo acusó y no permitió que
presentara ni una sola prueba en su defensa. El 10 de septiembre de 2015 fue
condenado por los delitos de asociación para delinquir, instigación pública,
daños e incendio. Se asume como un preso de conciencia: “Estoy preso por haber
denunciado que en Venezuela vivimos en dictadura”, dice y repite López.
Más información:
La Nación AR: http://www.lanacion.com.ar/1855800-leopoldo-lopez-hay-que-salir-de-este-desastre-por-via-constitucional
El Tiempo CO: http://www.eltiempo.com/mundo/latinoamerica/leopoldo-lopez-personaje-del-ano-en-america-latina/16462961
La Nación CR: http://www.nacion.com/mundo/latinoamerica/Leopoldo-Lopez-Personaje-Latinoamericano-debilitada_0_1531446872.html
El País UY : http://www.elpais.com.uy/mundo/lopez-enfrentar-dictadura-protesta-pacifica.html