ESPECIAL DE FIN DE AÑO: ENCUESTA GDA PERSONAJES Y
NOTICIAS 2014
Grupo de Diarios América (GDA)
BRASILIA. Dilma Rousseff tomará posesión el día 1 de
enero de su segundo mandato al frente de la Presidencia de Brasil con desafíos
mayores que cuando asumió por primera vez hace cuatro años. En aquella época,
afianzada por el popular presidente Luiz Inácio Lula da Silva, ella tenía como
función ser la continuidad del gobierno de él. Ahora, quiere dejar una marca
propia de su administración para no pasar a la historia como sólo la primera
mujer en hacerse presidente.
Dilma llegó al principal cargo mandatario de Brasil
en 2010 como consecuencia del ocaso de otros pretendientes y por decisión
propia de Lula. Otros militantes del PT (Partido de los Trabajadores), que
ocupaban cargos destacados en el gobierno, fueron dejando el poder alcanzados
por escándalos. Fue el caso, por ejemplo, de los ex ministros de Hacienda,
Antonio Palocci, y de la Casa Civil, José Dirceu. El primero cayó por cuenta de
denuncias de que habría contribuido a la quiebra del sigilo bancario, hechas
por un conserje que declaró que veía el ministro participar de reuniones en una
casa para tratar negocios. El segundo, uno de los más poderosos de la
República, vio su nombre hacerse público en el [llamado] escándalo del
Mensalão. Él fue denunciado por el diputado Roberto Jeferson, quien de aliado
pasó a ser principal opositor del gobierno. Jeferson dijo que Dirceu era el
organizador de un esquema para pagar a diputados para que apoyaran la
administración del PT. Jeferson y Dirceu fueron condenados por el Supremo
Tribunal Federal (STF) en el que fue, hasta entonces, el mayor escándalo
político del país.
Sin grandes nombres para sustituirlo, Lula optó por
Dilma. Ella era su ministra de la Casa Civil – había sustituido a José Dirceu en
el cargo – y, en la visión del presidente, sabía administrar bien.
Minera de Belo Horizonte, Dilma, que cumplió 67 años
el 14 de diciembre, comenzó pronto en la militancia política. Ella actuó en dos
organizaciones clandestinas que defendían la lucha armada, entre 1967 y 1972,
fue arrestada, torturada y pasó 28 meses encarcelada. Se casó dos veces. En la
segunda boda, dio a la luz a Paula, su única hija. Hoy separada, es abuela de Gabriel.
En su primer mandato, Dilma buscó dar continuidad a
programas sociales de Lula, como la Bolsa Familia y Mi Casa, Mi Vida, y creó
otros, como Más Médicos y el Pronatec, que da becas de postgrado para que
jóvenes cursen escuelas técnicas. Pero, si en el lado social ella mantuvo lo
que Lula había comenzado, en la cuestión fiscal dejó el país con dificultades.
En su [primer] mandato se hizo famosa la “contabilidad creativa”, donde el
Ministerio de Hacienda usó malabarismos contables para poder cerrar las cuentas
del gobierno.
En la campaña de 2014, Dilma fue cuestionada varias
veces por sus opositores sobre la conducción fiscal de su futuro gobierno. A
pesar de haber partido al frente en la carrera electoral, un accidente aéreo,
que le quitó la vida del candidato Eduardo Campos [del Partido Socialista
Brasileño] (PSB), cambió el escenario e hizo del pleito de este año el más
disputado desde 1989, cuando hubo la primera elección directa para presidente
después de 20 años de dictadura.
Marina Silva, ex ministra de Medio Ambiente de Lula,
que era vice en la pareja con Eduardo Campos, lo sustituyó como candidata y fue
quitando los votos de Dilma. Pero, en la recta final del primer turno, Aécio
Neves (PSDB), nieto de Tancredo Neves, el presidente electo indirectamente y
que murió antes de tomar posesión, dejó a Marina atrás y fue a la disputa con
Dilma - protagonizando así una sexta disputa presidencial consecutiva entre el PT
y el PSDB (Partido de la Social Democracia Brasileña) . El resultado de la elección
mostró un país dividido: Dilma obtuvo un 51,64% de los votos válidos, y Aécio,
un 48,36%.
En el próximo mandato, ella tendrá grandes desafíos:
contener la inflación, que amenaza cerrar el año por encima del techo del 6,5%,
retomar la credibilidad del país ante los mercados financieros, atraer
inversiones, cortar gastos, y, sobre todo, enfrentar los efectos políticos del
escándalo que está envolviendo a Petrobras, la mayor empresa del país. La
Procuraduría General de la República debe presentar en breve las denuncias que
involucran a políticos – se comenta que cerca de 70 estarían envueltos en un
esquema de propina. Y entre esos nombres figurarían ministros, senadores y
diputados de la base aliada de ella. Aunque no sea candidata en 2018, Dilma
tendrá que equilibrarse en los varios desafíos e intentar limpiar la imagen de
su partido para pavimentar la vuelta de Lula, que piensa en intentar un tercer
mandato.
En entrevista exclusiva por escrito con los
periódicos del GDA, cuestionada diversas veces por los casos de corrupción en
su gobierno y en el de Lula, Dilma repitió la táctica que utilizó en su
campaña. En su defensa, dijo que los gobiernos del PT fueron los que
efectivamente investigaron, al contrario de lo que, según ella, acontecía
antes. "Brasil no vive una crisis de corrupción. La corrupción siempre
existió en Brasil. Brasil vive, en la realidad, un momento impar e inédito de
efectivo fin de la impunidad y de combate a la corrupción. Lo que está en
crisis en Brasil es la histórica impunidad", dijo.
Cuales son las consequencias de la reaproximación de los EEUU com Cuba para la región?
Mi Gobierno se enorgullece de haber desarrollado amplia coorperación con Cuba, que tiene en la financiación del Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (BNDES) al Puerto de Mariel una de sus mas importantes expresiones.
Cuales son las consequencias de la reaproximación de los EEUU com Cuba para la región?
Los pronunciamientos de
los Presidentes Raúl Castro y Barack Obama tienen un significado histórico.
Estamos asistiendo a uno de los últimos – si no el último – episódios de Guerra
Fría.
Más de cincuenta años de embargo
económico impusieron enormes sacrifícios a la sociedad cubana y no produjeron
los resultados que buscaban los EEUU, como realisticamente afirmó el própio
Presidente de los Estados Unidos. Su declaración tuvo el mérito de reconocer
cuan inocua há sido esa medida.
Despues de tantos años, venció la
opción por el diálogo y la búsqueda de una solución negociada, en detrimento
del uso de medidas unilaterales adoptadas al margen del derecho internacional.
La normalización de las relaciones
Cuba-EEUU transciende en mucho el ámbito bilateral. Ese acercamiento tendrá un
impacto fuerte y positivo en toda América Latina. Una expresión de eso ya se
podrá constatar en la próxima Cumbre de las Américas, que se realizará en abril
próximo en Panamá. El encuentro y el apreton de manos entre Castro y Obama
serán símbolo de que algo nuevo está ocurriendo en nuestro continente.
Espero que, en seguimento a las
importantes decisiones de los últimos días, tengamos muy pronto el fin del
embargo económico que todavía pesa sobre Cuba.
Mi Gobierno se enorgullece de haber desarrollado amplia coorperación con Cuba, que tiene en la financiación del Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (BNDES) al Puerto de Mariel una de sus mas importantes expresiones.
El
Mercurio, Chile:
¿Durante
su segunda gestión, la política exterior de Brasil desarrollará un mayor apoyo
a la democracia?
La prioridad de la democracia en nuestra política
exterior ha sido evidente, en especial con respecto a Sudamérica.
Hemos apoyado activamente la introducción de la
cláusula democrática tanto en el marco del MERCOSUR como en el de UNASUR. Todos
los gobiernos de la región fueron elegidos en las urnas y legitimados por la
voluntad popular. La existencia de divergencias entre nuestros países, así como
en el interior de ellos, es natural y es parte intrínseca de los regímenes
democráticos.
UNASUR actuó positivamente en crisis como las de
Bolivia, en 2008, del Paraguay, en 2012, y de Venezuela, en 2014.
En este último caso, la actuación de UNASUR, a
instancias del presidente Maduro, comprobó la eficacia de la entidad para
auxiliar a los Estados miembros a buscar soluciones democráticas, pacíficas y
negociadas en escenarios de crisis.
Las recientes elecciones en Colombia, Chile,
Bolivia, Uruguay y Brasil demostraron el vigor de la democracia en nuestra
región, en sufragios caracterizados por la significativa participación popular
y por la más amplia libertad de expresión.
En dichas elecciones, ha salido victoriosa la agenda
de inclusión social, de desarrollo con distribución de ingresos y, por lo
tanto, de lucha contra la desigualdad y de garantía de oportunidades, que ha
caracterizado a nuestra región en los últimos años.
¿Qué
mecanismos podrán ayudar en la aproximación de Brasil al bloque de la Alianza
del Pacífico?
Sudamérica es un continente de
diversidad, por lo que es natural que cada país tenga su visión y sus
estrategias económicas y comerciales.
Nos complace ver la iniciativa de Chile de promover
un encuentro entre los Cancilleres del MERCOSUR y de la Alianza del Pacífico,
con el propósito de estudiar mecanismos de convergencia entre estos dos
procesos de integración. Este también es uno de los objetivos del nuevo
Secretario General de UNASUR, Ernesto Samper. Brasil y el Mercosur, en la
práctica, ya ejercen el libre comercio con Chile, Colombia y Perú, por ejemplo.
Brasil también ha firmado varios acuerdos con
México. Todo ello ha representado una base concreta para la creación de un área
de libre comercio en Sudamérica.
Respetamos la opción que hicieron muchos países de
establecer tratados de libre comercio, pero los temas referentes a la
integración no se nos plantean hoy de la misma manera que en el siglo pasado.
Las distintas estrategias de ingreso en la economía
mundial no impiden una cooperación provechosa en el ámbito regional.
Creemos que la integración sudamericana debe
priorizar a la vez el lado comercial y la necesidad de una mayor complementariedad
productiva, con énfasis en la innovación tecnológica, que permita crear cadenas
de valor, y en la construcción de una fuerte infraestructura energética y
logística.
Ello nos dará más competitividad respecto al resto
del mundo. Para nosotros, el ingreso en las cadenas productivas globales
también implica fortalecer las cadenas productivas nacionales y regionales.
El
Tiempo, Colombia:
¿Cree
usted que las quejas relacionadas con Petrobras pueden afectar a la paz
política necesaria para su segundo mandato?
Mi indignación con las denuncias que
involucran a Petrobras es la misma que sienten todos brasileños, y quiero, al
igual que todos los brasileños, que los culpables sean punidos.
Quienes hayan cometido el crimen, quienes hayan
quebrantado la ley deben pagar por ello. En Brasil no hay intocables.
Quienquiera que no trate el dinero público con seriedad, honestidad y
efectividad, debe pagar por ello. Este es un compromiso de mi gobierno.
Es fundamental resaltar que la población reconoce el
esfuerzo de mi gobierno en la lucha contra la corrupción. La encuesta del
instituto Datafolha publicada el 6 de diciembre muestra que el 46% de los
brasileños considera que mi gobierno es el que más ha investigado casos de
corrupción en toda la historia, y el 40% considera que mi gobierno es el que
más ha punido a los corruptores. Estos índices de investigación y lucha contra
la corrupción son los más elevados de entre los presidentes considerados en la
encuesta.
Las investigaciones sobre desviaciones de recursos
en Petrobras son conducidas por la Policía Federal de mi gobierno. En mi primer
gobierno, la Policía Federal, además de varias otras instituciones de control,
fue fortalecida y llevó a cabo 162 [1]* operaciones de lucha contra
la corrupción y delitos financieros. Además, mi gobierno aprobó leyes que
ampliaron la transparencia y las penas por corrupción, como las leyes de Acceso
a Información, de la Ficha Limpia, de la punición al corruptor y del combate a
las organizaciones delictivas.
Antes de nuestros gobiernos, mío y del expresidente
Luiz Inácio Lula de la Silva, el Fiscal General de la República tenía el apodo
de «Encajonador General de la República», porque olvidaba los expedientes en
sus cajones y no los investigaba. Eso ha cambiado con nosotros. En mi gobierno,
al contrario de lo que sucedió hasta el 2002, respetamos la autonomía del
Ministerio Público nombrando al cargo de Fiscal General de la República siempre
al fiscal más votado por sus homólogos. Hoy, ya nada queda olvidado en sus
cajones. Todo es objeto de investigación.
Para dar una idea de este gran cambio, en los 8 años
de los gobiernos inmediatamente anteriores al PT, se realizaron sólo 48
operaciones de la Policía Federal contra la corrupción. Mientras que en los 12
años de los gobiernos del PT, se han llevado a cabo 2 226 operaciones
especiales de la Policía Federal.
El gran fortalecimiento de las instituciones de
control y la intensa promoción de la transparencia administrativa durante los
gobiernos del PT a veces transmiten la falsa impresión de que los casos de
corrupción han aumentado. En realidad, lo que ocurre en el Brasil de hoy es
que, por primera vez en la historia, estamos combatiendo efectivamente la
secular llaga de la corrupción.
Brasil no vive una crisis de corrupción, como
afirman algunos. En los últimos años comenzamos a ponerle fin a un largo
período de impunidad.
Esto es un gran avance para la democracia brasileña.
Asimismo, quiero resaltar que tengo el firme
propósito de promover, en este segundo gobierno una Reforma Política que, entre
otras cosas, luche contra la excesiva influencia del poder económico sobre
nuestro sistema de representación, principal fuente de la corrupción política y
de las desviaciones administrativas en Brasil.
*[1] Solo en
el año 2011, se llevaron a cabo 284 operaciones. En el primer gobierno de
Dilma, el número de operaciones debe acercarse a mil. En los ocho años de
Fernando Henrique Cardos, solo se realizaron 48 operaciones.
El
Comercio, Ecuador:
En
países como Venezuela, Bolivia y Ecuador, los triunfos electorales siempre
están vinculados a la figura de un líder (y en el primer ejemplo, de su
sucesor, Nicolás Maduro), no hay muestras de que se esté preparando un cambio
de generaciones para las próximas elecciones. ¿Cómo ve Ud. la postura del
Partido de los Trabajadores a este respecto hasta el 2018?
Es natural que las democracias se
consoliden en torno a líderes, tanto del partido que gobierna como de la
oposición. Eso sucede en países de todo el mundo, no solo en los de Sudamérica.
Cualquier democracia necesita bastante tanto de
líderes gubernamentales como de líderes de oposición responsables y
constructivos. Naturalmente, cuando hay cambios generacionales se plantean
nuevos desafíos históricos y con el Partido de los Trabajadores no es
diferente.
Sabemos que cada país tiene sus características,
cada sociedad tiene su dinámica política, electoral, social. Quien decide el
momento del cambio es la sociedad. Por ejemplo, en su tiempo, Franklin
Roosevelt fue elegido cuatro veces presidente de los EE.UU. Después, la
sociedad estadounidense adoptó otras reglas electorales que sólo permiten dos
mandatos, sin reconducción del presidente.
El PT es un partido tan joven como lo es la
democracia brasileña. Cree, como varios ejemplos históricos ponen de
manifiesto, que el ejercicio del juego democrático en cada elección permite que
más líderes y más ideas innovadoras surjan. Cuando la sociedad está lista, el
cambio se produce.
El
Universal, México:
¿Ud.
cree en un mayor acercamiento entre Brasil y México en su segundo gobierno o
los dos países son rivales estratégicos en América Latina?
México y Brasil son dos grandes naciones
en desarrollo que enfrentan desafíos comunes, en especial la necesidad imperiosa
de luchar contra la pobreza y el hambre, reduciendo las desigualdades sociales.
Somos dos sociedades diversas, ricas y multiétnicas.
Tenemos la tarea de incluir plenamente a millones de jóvenes, mujeres, negros e
indígenas.
Para construir un camino de desarrollo sostenible
que sea capaz de competir internacionalmente, necesitamos realizar amplias
inversiones en educación, innovación e infraestructura. Necesitamos
coordinarnos en nuestro hemisferio y fortalecernos a través de una cooperación
más profunda.
Esta no es una tarea fácil, mucho menos en un
contexto de crisis económica internacional persistente. Pero es lo que los
brasileños y los mexicanos esperan que sus gobernantes hagan.
Veo, por lo tanto, una relación marcada por
convergencias, no por divergencias. Veo a México y a Brasil como grandes
aliados, no como rivales.
Brasil y México son también dos economías complejas
y diversificadas, lo que se refleja en intensas relaciones comerciales y de
inversiones. Brasil –y el MERCOSUR en su conjunto– quiere ampliar aún más el
intercambio comercial con México.
Además de los negocios, los brasileños y los
mexicanos tienen interés por ampliar el conocimiento mutuo, la cooperación
educacional y cultural y el turismo. Le dije al presidente Peña Nieto que pretendo
visitar a México en los primeros meses de mi segundo gobierno, para discutir
estos y otros temas relevantes de la agenda bilateral.
El
Comercio, Perú:
¿Cómo
puede Ud. liderar una campaña seria anticorrupción en su país si su propio
partido es el protagonista del escándalo de Petrobras, empresa de la cual Ud.
fue presidente del Consejo Directivo durante los años de las denuncias?
Como dije en la respuesta al diario El
Tiempo, es la Policía Federal bajo mi gobierno la que conduce las investigaciones
sobre corrupción en Petrobras. Han sido esas investigaciones las que llevaron
al desmantelamiento de un esquema del cual se sospecha que tenga décadas de
existencia, con anterioridad a los gobiernos del PT.
Quiero resaltar que somos nosotros, mi gobierno, los
que hemos liderado el proceso contra la impunidad en Brasil, poniendo fin a la
era en que los ilícitos se ocultaban debajo de la alfombra. Yo misma despedí, 3
años antes de esas investigaciones, al director que confesó ante la Justicia la
conformación del esquema de desviación de dinero en Petrobras.
Las investigaciones de la Policía Federal y del
Ministerio Público en lo que se refiere a la implicación de políticos en el
esquema delincuente no han terminado. Resalto que en cualquier partido político
puede haber personas que cometan delitos.
Lo que importa es que todos los que estén implicados
serán punidos.
El
País, Uruguay:
Con
las dificultades crecientes en las economías de Argentina y de Brasil, ¿Ud.
está dispuesta a recorrer un camino de mayor apertura internacional del
MERCOSUR?
El proyecto de integración comercial del MERCOSUR siempre tuvo en cuenta la apertura a otros países, bloques o regiones. Tomemos el caso de la negociación con la Unión Europea: el MERCOSUR ya tiene su propuesta lista en lo que a la Comisión Europea concierne; aun no tiene el apoyo de los Estados Miembros para presentarla.
El MERCOSUR no es, como algunas veces lo acusan, un
bloque cerrado. Desde 1991, año de la creación del bloque, hemos negociado
innumerables acuerdos comerciales, tanto en el marco de la ALADI como fuera de
ella. Si algunas de esas negociaciones no avanzaron, no fue necesariamente
culpa del MERCOSUR, como en el ejemplo de la negociación con los europeos.
Otro aspecto que cabe destacar es el hecho de que en
el MERCOSUR todas las economías ganan, no solo las más grandes. En 2004, con la
creación del FOCEM, el bloque estableció una cartera de proyectos que ha
beneficiado especialmente a los socios menores, con un conjunto que hoy asciende
a 45 proyectos en áreas como energía, infraestructura, saneamiento y vivienda,
y que cuenta con un aporte comunitario de US$ 1 000 millones.
¿Cuál es su posición sobre el hecho de que
Uruguay haya reclamado el derecho a celebrar acuerdos fuera del MERCOSUR?
Respuesta: Sobre el formato de las negociaciones
comerciales del MERCOSUR y la posibilidad de acuerdos individuales extrabloque,
se debe tener presente que, desde el principio, hubo consenso de que el bloque
debería realizarlos en forma conjunta, como una manera de proteger los logros
ya alcanzados en la integración intrazona, tanto en términos de preferencias
arancelarias internas como de arreglos productivos.
Tal exigencia está consagrada en el artículo 1 del
Tratado de Asunción. Ello no quiere decir que cuando se negocia un acuerdo no
se tengan en cuenta la situación y los intereses distintos de los diferentes
países miembros. La conformación de eventuales listas arancelarias del MERCOSUR
se logra a través de negociaciones entre los cinco países miembros, los que
tienen la facultad de elaborar sus propias listas nacionales o incluso pueden
optar por no presentar ninguna lista, como Venezuela en la negociación con la
Unión Europea.
El Mercosur es un bloque abierto y flexible, en el
que se pueden encontrar intereses distintos y necesidades diversas.
¿La reciente sustitución del ministro de Hacienda
por un técnico más centrado en el mercado traerá cambios en la orientación de
la política social de su país?
El ministro Joaquim Levy tiene una larga carrera en
el servicio público. Fue secretario del Tesoro en el primer gobierno de Lula y
secretario de Hacienda del gobierno del Estado de Río de Janeiro. Conviví con
el ministro Levy durante años y confío en su competencia para conducir el Ministerio
de Hacienda en este momento.
La economía brasileña, así como todas las economías
emergentes, atraviesa un momento de transición, en el cual aún sufrimos los
efectos externos del lento crecimiento mundial, incluso con la reducción de los
precios de las commodities. Todos sabemos que la recuperación de la crisis que
tuvo comienzo hace años, en el 2008, aun es tenue. En Europa la situación es
difícil; Japón atraviesa una recesión.
China ha estado creciendo a niveles más
bajos en los últimos años, y aun la recuperación en los Estados Unidos no ha
mostrado toda su fuerza. Es, pues, una situación que requiere atención.
En mi segundo gobierno, seguirán teniendo prioridad
el desarrollo económico, la generación de empleo, la ampliación del poder de
compra de los salarios, el incentivo a la inversión y, sobre todo, la
continuidad del proceso de eliminación de la pobreza y de reducción de las
desigualdades.
La política social no cambiará.
El
Nacional, Venezuela:
¿Es conveniente para la integración latinoamericana
la existencia de tantos bloques (MERCOSUR, Alianza del Pacífico, UNASUR, Celac,
Alba)? ¿Cuál es el papel del Alba, iniciativa creada por Venezuela en 2004,
dentro del proceso de integración regional?
Respuesta: La coexistencia de diferentes mecanismos
regionales refleja la rica diversidad sociopolítica de nuestros países, pero
además comprueba el firme compromiso de todos respecto al ideal de la
integración.
El concepto de integración es rico y complejo, y
puede abarcar desde un sencillo acuerdo comercial hasta la integración
productiva, desde la cooperación económica hasta la concertación política.
Este concepto también puede adoptar distintos
formatos y contornos, con la participación de grupos de países diversos, lo que
puede ser un reflejo del patrón de relación histórica entre ellos.
Desde la perspectiva brasileña, la coexistencia de
tres de estos mecanismos, de los cuales formamos parte, ocurre de manera
natural.
Para nosotros, el MERCOSUR representa el mecanismo de integración más
profunda, que engloba a los diferentes campos de coordinación política,
económica y comercial. En cambio, UNASUR y CELAC son principalmente instancias
de convergencia política entre países sudamericanos (UNASUR), además de los
caribeños y centroamericanos (CELAC), lo que las hace instancias
complementarias en muchos aspectos. Cabe resaltar que, en los últimos años,
UNASUR ha asumido funciones importantes tanto en materia de mediación de crisis
políticas en la región, como en el caso de Venezuela, como de cooperación en
temas como seguridad, defensa e infraestructura.
Como tuve la oportunidad de resaltar en un discurso
reciente, con ocasión de la inauguración de la nueva sede de UNASUR, en Quito,
esta convivencia entre mecanismos complementarios de integración es la mayor
prueba de que en nuestra región vivimos a diario una situación de creciente
“unidad en la diversidad”.
O
Globo, Brasil
La alianza internacional más visible en la que
hoy participa Brasil son los BRICS, con países de otros continentes. ¿Por qué
no avanza la integración regional?
La participación de Brasil en los BRICS, en el G20 y
en otros grupos no excluye, de ninguna manera, nuestro continuo compromiso y
participación en los foros de integración regional, uno de los ejes
prioritarios de la inserción internacional brasileña. Desde el punto de vista
de mi país, son procesos complementarios.
La integración regional ha avanzado, y mucho. El
MERCOSUR avanza como instancia de integración económica, tanto comercial como
productiva.
Acabo de regresar de la Cumbre de UNASUR, en
Ecuador, donde inauguramos la sede de la organización y discutimos temas
fundamentales, como los proyectos prioritarios de infraestructura regional.
En junio de este año, con ocasión de la reunión de
los BRICS en Brasil, promovimos un productivo encuentro BRICS-UNASUR para
tratar el tema del financiamiento de proyectos de integración en los países de
UNASUR. Fue evidente el interés recíproco en la construcción de relaciones
entre Sudamérica y los BRICS, así como la importancia de Brasil como eslabón
entre estos países. Ello demuestra la relevancia de nuestra región en la arena
global.
Desde el punto de vista de Sudamérica, la
integración regional se ha consolidado como instrumento de preservación de la
estabilidad y de la democracia en la región ―recuerden que las recientes
elecciones en Colombia, Chile, Bolivia, Uruguay y Brasil se celebraron en un
marco de participación popular y plena libertad de expresión.
En el ámbito de América Latina, hemos avanzado en la
cooperación por medio de la CELAC.
Nuestro lema de convivencia democrática es la unidad
en la diversidad y el respeto a las características de cada país.
Es más, fue justamente gracias a los procesos de
integración regional que América Latina ascendió como protagonista e
interlocutora en la comunidad internacional.
Durante la campaña electoral, Ud. Hizo muchas
críticas a sus adversarios porque tenían como aliados a personas del sistema
financiero. No obstante, el primer nombre indicado por Ud. para el nuevo
ministerio proviene de un gran banco. ¿No le parece una incoherencia? ¿Qué
línea pretende seguir en la política económica en su próxima gestión, más de
izquierda o más de derecha? ¿El nuevo equipo tendrá efectivamente libertad para
seguir un rumbo más ortodoxo?
Como respondí anteriormente, el ministro Levy fue un
funcionario importante en el gobierno Lula. El que haya trabajado en un banco
no le resta valía, sino más bien amplía su experiencia profesional.
El nuevo equipo económico trabajará en medidas de
elevación gradual, pero estructural, del resultado primario de la Unión, para
estabilizar y luego reducir la deuda bruta del sector público respecto al PIB.
También seguiremos mejorando nuestra política de incremento de inversiones y de
ampliación de la productividad, pues esto es lo que sostiene un crecimiento más
rápido del PIB y de los salarios reales, con estabilidad macroeconómica.
Para los próximos años, nuestra prioridad es
recuperar la capacidad de crecimiento de la economía, con un riguroso control
de la inflación y el fortalecimiento de las cuentas públicas, para, de esta
manera, asegurar el empleo y los ingresos.
Los ajustes que se realizarán, inevitables frente a
la persistencia de un panorama económico internacional difícil, no se harán,
sin embargo, en detrimento de los empleos y de los salarios de los brasileños,
en especial de los más vulnerables, como ya ocurrió en Brasil y ocurre
actualmente en otros países del mundo.
Brasil vive una crisis de corrupción en la que
están implicadas compañías de construcción privadas, empresas públicas y
políticos. ¿El gobierno sabrá mantenerse alejado y llevar a cabo los procesos
de investigación, imputación y sanción de los implicados? ¿Brasil vive una
especie de proceso "manos limpias"?
Como ya resalté en la respuesta al diario El Tiempo,
Brasil no vive una crisis de corrupción. La corrupción siempre existió en
Brasil. En realidad, Brasil vive un momento impar e inédito de efectivo fin de
la impunidad y de combate a la corrupción. Lo que está en crisis en Brasil es
la histórica impunidad.
Mi gobierno tiene el compromiso de luchar contra la
corrupción y de apoyar al Ministerio Público, asegurando, por nuestra parte,
que cuente con todo lo que necesite para presentar una denuncia sólida a la
Justicia.
Repito: en lo que de mí dependa, no quedará piedra
sobre piedra, caiga quien caiga.
Durante la campaña electoral, fui la única candidata
que propuso medidas concretas contra la corrupción y la impunidad. A saber:
1. Convertir
en delito el uso de recursos extracontables en las elecciones.
2. Juicios
más rápidos, penas más severas y decomiso de los bienes de quienes se
enriquecen ilícitamente en cargos públicos.
3. Crear
una nueva estructura en las cortes superiores para agilizar investigaciones y
juicios a imputados que gocen de foro privilegiado.
Eso es fundamental para poner fin a la corrupción,
porque la impunidad es un mal del cual se alimentan la corrupción y los delitos
financieros. Vamos a enviar estas propuestas al Congreso y a intensificar la
lucha contra la corrupción y la impunidad.