Encabezado

diciembre 21, 2014

Entrevista GDA a la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff

ESPECIAL DE FIN DE AÑO: ENCUESTA GDA PERSONAJES Y NOTICIAS 2014

Grupo de Diarios América (GDA)

BRASILIA. Dilma Rousseff tomará posesión el día 1 de enero de su segundo mandato al frente de la Presidencia de Brasil con desafíos mayores que cuando asumió por primera vez hace cuatro años. En aquella época, afianzada por el popular presidente Luiz Inácio Lula da Silva, ella tenía como función ser la continuidad del gobierno de él. Ahora, quiere dejar una marca propia de su administración para no pasar a la historia como sólo la primera mujer en hacerse presidente.

Dilma llegó al principal cargo mandatario de Brasil en 2010 como consecuencia del ocaso de otros pretendientes y por decisión propia de Lula. Otros militantes del PT (Partido de los Trabajadores), que ocupaban cargos destacados en el gobierno, fueron dejando el poder alcanzados por escándalos. Fue el caso, por ejemplo, de los ex ministros de Hacienda, Antonio Palocci, y de la Casa Civil, José Dirceu. El primero cayó por cuenta de denuncias de que habría contribuido a la quiebra del sigilo bancario, hechas por un conserje que declaró que veía el ministro participar de reuniones en una casa para tratar negocios. El segundo, uno de los más poderosos de la República, vio su nombre hacerse público en el [llamado] escándalo del Mensalão. Él fue denunciado por el diputado Roberto Jeferson, quien de aliado pasó a ser principal opositor del gobierno. Jeferson dijo que Dirceu era el organizador de un esquema para pagar a diputados para que apoyaran la administración del PT. Jeferson y Dirceu fueron condenados por el Supremo Tribunal Federal (STF) en el que fue, hasta entonces, el mayor escándalo político del país.

Sin grandes nombres para sustituirlo, Lula optó por Dilma. Ella era su ministra de la Casa Civil – había sustituido a José Dirceu en el cargo – y, en la visión del presidente, sabía administrar bien.

Minera de Belo Horizonte, Dilma, que cumplió 67 años el 14 de diciembre, comenzó pronto en la militancia política. Ella actuó en dos organizaciones clandestinas que defendían la lucha armada, entre 1967 y 1972, fue arrestada, torturada y pasó 28 meses encarcelada. Se casó dos veces. En la segunda boda, dio a la luz a Paula, su única hija. Hoy separada, es abuela de Gabriel.

En su primer mandato, Dilma buscó dar continuidad a programas sociales de Lula, como la Bolsa Familia y Mi Casa, Mi Vida, y creó otros, como Más Médicos y el Pronatec, que da becas de postgrado para que jóvenes cursen escuelas técnicas. Pero, si en el lado social ella mantuvo lo que Lula había comenzado, en la cuestión fiscal dejó el país con dificultades. En su [primer] mandato se hizo famosa la “contabilidad creativa”, donde el Ministerio de Hacienda usó malabarismos contables para poder cerrar las cuentas del gobierno.

En la campaña de 2014, Dilma fue cuestionada varias veces por sus opositores sobre la conducción fiscal de su futuro gobierno. A pesar de haber partido al frente en la carrera electoral, un accidente aéreo, que le quitó la vida del candidato Eduardo Campos [del Partido Socialista Brasileño] (PSB), cambió el escenario e hizo del pleito de este año el más disputado desde 1989, cuando hubo la primera elección directa para presidente después de 20 años de dictadura.

Marina Silva, ex ministra de Medio Ambiente de Lula, que era vice en la pareja con Eduardo Campos, lo sustituyó como candidata y fue quitando los votos de Dilma. Pero, en la recta final del primer turno, Aécio Neves (PSDB), nieto de Tancredo Neves, el presidente electo indirectamente y que murió antes de tomar posesión, dejó a Marina atrás y fue a la disputa con Dilma - protagonizando así una sexta disputa presidencial consecutiva entre el PT y el PSDB (Partido de la Social Democracia Brasileña) . El resultado de la elección mostró un país dividido: Dilma obtuvo un 51,64% de los votos válidos, y Aécio, un 48,36%.

En el próximo mandato, ella tendrá grandes desafíos: contener la inflación, que amenaza cerrar el año por encima del techo del 6,5%, retomar la credibilidad del país ante los mercados financieros, atraer inversiones, cortar gastos, y, sobre todo, enfrentar los efectos políticos del escándalo que está envolviendo a Petrobras, la mayor empresa del país. La Procuraduría General de la República debe presentar en breve las denuncias que involucran a políticos – se comenta que cerca de 70 estarían envueltos en un esquema de propina. Y entre esos nombres figurarían ministros, senadores y diputados de la base aliada de ella. Aunque no sea candidata en 2018, Dilma tendrá que equilibrarse en los varios desafíos e intentar limpiar la imagen de su partido para pavimentar la vuelta de Lula, que piensa en intentar un tercer mandato.

En entrevista exclusiva por escrito con los periódicos del GDA, cuestionada diversas veces por los casos de corrupción en su gobierno y en el de Lula, Dilma repitió la táctica que utilizó en su campaña. En su defensa, dijo que los gobiernos del PT fueron los que efectivamente investigaron, al contrario de lo que, según ella, acontecía antes. "Brasil no vive una crisis de corrupción. La corrupción siempre existió en Brasil. Brasil vive, en la realidad, un momento impar e inédito de efectivo fin de la impunidad y de combate a la corrupción. Lo que está en crisis en Brasil es la histórica impunidad", dijo.

Cuales son las consequencias de la reaproximación de los EEUU com Cuba para la región?

Los pronunciamientos de los Presidentes Raúl Castro y Barack Obama tienen un significado histórico. Estamos asistiendo a uno de los últimos – si no el último – episódios de Guerra Fría.

Más de cincuenta años de embargo económico impusieron enormes sacrifícios a la sociedad cubana y no produjeron los resultados que buscaban los EEUU, como realisticamente afirmó el própio Presidente de los Estados Unidos. Su declaración tuvo el mérito de reconocer cuan inocua há sido esa medida.

Despues de tantos años, venció la opción por el diálogo y la búsqueda de una solución negociada, en detrimento del uso de medidas unilaterales adoptadas al margen del derecho internacional.

La normalización de las relaciones Cuba-EEUU transciende en mucho el ámbito bilateral. Ese acercamiento tendrá un impacto fuerte y positivo en toda América Latina. Una expresión de eso ya se podrá constatar en la próxima Cumbre de las Américas, que se realizará en abril próximo en Panamá. El encuentro y el apreton de manos entre Castro y Obama serán símbolo de que algo nuevo está ocurriendo en nuestro continente. 

Espero que, en seguimento a las importantes decisiones de los últimos días, tengamos muy pronto el fin del embargo económico que todavía pesa sobre Cuba.

Mi Gobierno se enorgullece de haber desarrollado amplia coorperación con Cuba, que tiene en la financiación del Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (BNDES) al Puerto de Mariel una de sus mas importantes expresiones.

El Mercurio, Chile:

¿Durante su segunda gestión, la política exterior de Brasil desarrollará un mayor apoyo a la democracia?

La promoción de la democracia y la defensa de los derechos humanos son principios de la política externa brasileña inscritos en nuestra Constitución, y seguirán siéndolo en mi segundo gobierno.
La prioridad de la democracia en nuestra política exterior ha sido evidente, en especial con respecto a Sudamérica.

Hemos apoyado activamente la introducción de la cláusula democrática tanto en el marco del MERCOSUR como en el de UNASUR. Todos los gobiernos de la región fueron elegidos en las urnas y legitimados por la voluntad popular. La existencia de divergencias entre nuestros países, así como en el interior de ellos, es natural y es parte intrínseca de los regímenes democráticos.
UNASUR actuó positivamente en crisis como las de Bolivia, en 2008, del Paraguay, en 2012, y de Venezuela, en 2014.

En este último caso, la actuación de UNASUR, a instancias del presidente Maduro, comprobó la eficacia de la entidad para auxiliar a los Estados miembros a buscar soluciones democráticas, pacíficas y negociadas en escenarios de crisis.

Las recientes elecciones en Colombia, Chile, Bolivia, Uruguay y Brasil demostraron el vigor de la democracia en nuestra región, en sufragios caracterizados por la significativa participación popular y por la más amplia libertad de expresión.

En dichas elecciones, ha salido victoriosa la agenda de inclusión social, de desarrollo con distribución de ingresos y, por lo tanto, de lucha contra la desigualdad y de garantía de oportunidades, que ha caracterizado a nuestra región en los últimos años.

¿Qué mecanismos podrán ayudar en la aproximación de Brasil al bloque de la Alianza del Pacífico?

Sudamérica es un continente de diversidad, por lo que es natural que cada país tenga su visión y sus estrategias económicas y comerciales.

Nos complace ver la iniciativa de Chile de promover un encuentro entre los Cancilleres del MERCOSUR y de la Alianza del Pacífico, con el propósito de estudiar mecanismos de convergencia entre estos dos procesos de integración. Este también es uno de los objetivos del nuevo Secretario General de UNASUR, Ernesto Samper. Brasil y el Mercosur, en la práctica, ya ejercen el libre comercio con Chile, Colombia y Perú, por ejemplo.

Brasil también ha firmado varios acuerdos con México. Todo ello ha representado una base concreta para la creación de un área de libre comercio en Sudamérica.

Respetamos la opción que hicieron muchos países de establecer tratados de libre comercio, pero los temas referentes a la integración no se nos plantean hoy de la misma manera que en el siglo pasado.
Las distintas estrategias de ingreso en la economía mundial no impiden una cooperación provechosa en el ámbito regional.

Creemos que la integración sudamericana debe priorizar a la vez el lado comercial y la necesidad de una mayor complementariedad productiva, con énfasis en la innovación tecnológica, que permita crear cadenas de valor, y en la construcción de una fuerte infraestructura energética y logística.
Ello nos dará más competitividad respecto al resto del mundo. Para nosotros, el ingreso en las cadenas productivas globales también implica fortalecer las cadenas productivas nacionales y regionales.

El Tiempo, Colombia:

¿Cree usted que las quejas relacionadas con Petrobras pueden afectar a la paz política necesaria para su segundo mandato?

Mi indignación con las denuncias que involucran a Petrobras es la misma que sienten todos brasileños, y quiero, al igual que todos los brasileños, que los culpables sean punidos.
Quienes hayan cometido el crimen, quienes hayan quebrantado la ley deben pagar por ello. En Brasil no hay intocables. Quienquiera que no trate el dinero público con seriedad, honestidad y efectividad, debe pagar por ello. Este es un compromiso de mi gobierno.

Es fundamental resaltar que la población reconoce el esfuerzo de mi gobierno en la lucha contra la corrupción. La encuesta del instituto Datafolha publicada el 6 de diciembre muestra que el 46% de los brasileños considera que mi gobierno es el que más ha investigado casos de corrupción en toda la historia, y el 40% considera que mi gobierno es el que más ha punido a los corruptores. Estos índices de investigación y lucha contra la corrupción son los más elevados de entre los presidentes considerados en la encuesta.

Las investigaciones sobre desviaciones de recursos en Petrobras son conducidas por la Policía Federal de mi gobierno. En mi primer gobierno, la Policía Federal, además de varias otras instituciones de control, fue fortalecida y llevó a cabo 162 [1]*  operaciones de lucha contra la corrupción y delitos financieros. Además, mi gobierno aprobó leyes que ampliaron la transparencia y las penas por corrupción, como las leyes de Acceso a Información, de la Ficha Limpia, de la punición al corruptor y del combate a las organizaciones delictivas.

Antes de nuestros gobiernos, mío y del expresidente Luiz Inácio Lula de la Silva, el Fiscal General de la República tenía el apodo de «Encajonador General de la República», porque olvidaba los expedientes en sus cajones y no los investigaba. Eso ha cambiado con nosotros. En mi gobierno, al contrario de lo que sucedió hasta el 2002, respetamos la autonomía del Ministerio Público nombrando al cargo de Fiscal General de la República siempre al fiscal más votado por sus homólogos. Hoy, ya nada queda olvidado en sus cajones. Todo es objeto de investigación.

Para dar una idea de este gran cambio, en los 8 años de los gobiernos inmediatamente anteriores al PT, se realizaron sólo 48 operaciones de la Policía Federal contra la corrupción. Mientras que en los 12 años de los gobiernos del PT, se han llevado a cabo 2 226 operaciones especiales de la Policía Federal.

El gran fortalecimiento de las instituciones de control y la intensa promoción de la transparencia administrativa durante los gobiernos del PT a veces transmiten la falsa impresión de que los casos de corrupción han aumentado. En realidad, lo que ocurre en el Brasil de hoy es que, por primera vez en la historia, estamos combatiendo efectivamente la secular llaga de la corrupción.
Brasil no vive una crisis de corrupción, como afirman algunos. En los últimos años comenzamos a ponerle fin a un largo período de impunidad.

Esto es un gran avance para la democracia brasileña.

Asimismo, quiero resaltar que tengo el firme propósito de promover, en este segundo gobierno una Reforma Política que, entre otras cosas, luche contra la excesiva influencia del poder económico sobre nuestro sistema de representación, principal fuente de la corrupción política y de las desviaciones administrativas en Brasil.

*[1] Solo en el año 2011, se llevaron a cabo 284 operaciones. En el primer gobierno de Dilma, el número de operaciones debe acercarse a mil. En los ocho años de Fernando Henrique Cardos, solo se realizaron 48 operaciones.

El Comercio, Ecuador:

En países como Venezuela, Bolivia y Ecuador, los triunfos electorales siempre están vinculados a la figura de un líder (y en el primer ejemplo, de su sucesor, Nicolás Maduro), no hay muestras de que se esté preparando un cambio de generaciones para las próximas elecciones. ¿Cómo ve Ud. la postura del Partido de los Trabajadores a este respecto hasta el 2018?

Es natural que las democracias se consoliden en torno a líderes, tanto del partido que gobierna como de la oposición. Eso sucede en países de todo el mundo, no solo en los de Sudamérica.
Cualquier democracia necesita bastante tanto de líderes gubernamentales como de líderes de oposición responsables y constructivos. Naturalmente, cuando hay cambios generacionales se plantean nuevos desafíos históricos y con el Partido de los Trabajadores no es diferente.

Sabemos que cada país tiene sus características, cada sociedad tiene su dinámica política, electoral, social. Quien decide el momento del cambio es la sociedad. Por ejemplo, en su tiempo, Franklin Roosevelt fue elegido cuatro veces presidente de los EE.UU. Después, la sociedad estadounidense adoptó otras reglas electorales que sólo permiten dos mandatos, sin reconducción del presidente.

El PT es un partido tan joven como lo es la democracia brasileña. Cree, como varios ejemplos históricos ponen de manifiesto, que el ejercicio del juego democrático en cada elección permite que más líderes y más ideas innovadoras surjan. Cuando la sociedad está lista, el cambio se produce.

El Universal, México:

¿Ud. cree en un mayor acercamiento entre Brasil y México en su segundo gobierno o los dos países son rivales estratégicos en América Latina?

México y Brasil son dos grandes naciones en desarrollo que enfrentan desafíos comunes, en especial la necesidad imperiosa de luchar contra la pobreza y el hambre, reduciendo las desigualdades sociales.

Somos dos sociedades diversas, ricas y multiétnicas. Tenemos la tarea de incluir plenamente a millones de jóvenes, mujeres, negros e indígenas.

Para construir un camino de desarrollo sostenible que sea capaz de competir internacionalmente, necesitamos realizar amplias inversiones en educación, innovación e infraestructura. Necesitamos coordinarnos en nuestro hemisferio y fortalecernos a través de una cooperación más profunda.
Esta no es una tarea fácil, mucho menos en un contexto de crisis económica internacional persistente. Pero es lo que los brasileños y los mexicanos esperan que sus gobernantes hagan.

Veo, por lo tanto, una relación marcada por convergencias, no por divergencias. Veo a México y a Brasil como grandes aliados, no como rivales.

Brasil y México son también dos economías complejas y diversificadas, lo que se refleja en intensas relaciones comerciales y de inversiones. Brasil –y el MERCOSUR en su conjunto– quiere ampliar aún más el intercambio comercial con México.

Además de los negocios, los brasileños y los mexicanos tienen interés por ampliar el conocimiento mutuo, la cooperación educacional y cultural y el turismo. Le dije al presidente Peña Nieto que pretendo visitar a México en los primeros meses de mi segundo gobierno, para discutir estos y otros temas relevantes de la agenda bilateral.

El Comercio, Perú:

¿Cómo puede Ud. liderar una campaña seria anticorrupción en su país si su propio partido es el protagonista del escándalo de Petrobras, empresa de la cual Ud. fue presidente del Consejo Directivo durante los años de las denuncias?

Como dije en la respuesta al diario El Tiempo, es la Policía Federal bajo mi gobierno la que conduce las investigaciones sobre corrupción en Petrobras. Han sido esas investigaciones las que llevaron al desmantelamiento de un esquema del cual se sospecha que tenga décadas de existencia, con anterioridad a los gobiernos del PT.

Quiero resaltar que somos nosotros, mi gobierno, los que hemos liderado el proceso contra la impunidad en Brasil, poniendo fin a la era en que los ilícitos se ocultaban debajo de la alfombra. Yo misma despedí, 3 años antes de esas investigaciones, al director que confesó ante la Justicia la conformación del esquema de desviación de dinero en Petrobras.

Las investigaciones de la Policía Federal y del Ministerio Público en lo que se refiere a la implicación de políticos en el esquema delincuente no han terminado. Resalto que en cualquier partido político puede haber personas que cometan delitos.

Lo que importa es que todos los que estén implicados serán punidos.

El País, Uruguay:

Con las dificultades crecientes en las economías de Argentina y de Brasil, ¿Ud. está dispuesta a recorrer un camino de mayor apertura internacional del MERCOSUR?

El proyecto de integración comercial del MERCOSUR siempre tuvo en cuenta la apertura a otros países, bloques o regiones. Tomemos el caso de la negociación con la Unión Europea: el MERCOSUR ya tiene su propuesta lista en lo que a la Comisión Europea concierne; aun no tiene el apoyo de los Estados Miembros para presentarla.

El MERCOSUR no es, como algunas veces lo acusan, un bloque cerrado. Desde 1991, año de la creación del bloque, hemos negociado innumerables acuerdos comerciales, tanto en el marco de la ALADI como fuera de ella. Si algunas de esas negociaciones no avanzaron, no fue necesariamente culpa del MERCOSUR, como en el ejemplo de la negociación con los europeos.

Otro aspecto que cabe destacar es el hecho de que en el MERCOSUR todas las economías ganan, no solo las más grandes. En 2004, con la creación del FOCEM, el bloque estableció una cartera de proyectos que ha beneficiado especialmente a los socios menores, con un conjunto que hoy asciende a 45 proyectos en áreas como energía, infraestructura, saneamiento y vivienda, y que cuenta con un aporte comunitario de US$ 1 000 millones.

¿Cuál es su posición sobre el hecho de que Uruguay haya reclamado el derecho a celebrar acuerdos fuera del MERCOSUR?

Respuesta: Sobre el formato de las negociaciones comerciales del MERCOSUR y la posibilidad de acuerdos individuales extrabloque, se debe tener presente que, desde el principio, hubo consenso de que el bloque debería realizarlos en forma conjunta, como una manera de proteger los logros ya alcanzados en la integración intrazona, tanto en términos de preferencias arancelarias internas como de arreglos productivos.

Tal exigencia está consagrada en el artículo 1 del Tratado de Asunción. Ello no quiere decir que cuando se negocia un acuerdo no se tengan en cuenta la situación y los intereses distintos de los diferentes países miembros. La conformación de eventuales listas arancelarias del MERCOSUR se logra a través de negociaciones entre los cinco países miembros, los que tienen la facultad de elaborar sus propias listas nacionales o incluso pueden optar por no presentar ninguna lista, como Venezuela en la negociación con la Unión Europea.

El Mercosur es un bloque abierto y flexible, en el que se pueden encontrar intereses distintos y necesidades diversas.

¿La reciente sustitución del ministro de Hacienda por un técnico más centrado en el mercado traerá cambios en la orientación de la política social de su país?

El ministro Joaquim Levy tiene una larga carrera en el servicio público. Fue secretario del Tesoro en el primer gobierno de Lula y secretario de Hacienda del gobierno del Estado de Río de Janeiro. Conviví con el ministro Levy durante años y confío en su competencia para conducir el Ministerio de Hacienda en este momento.

La economía brasileña, así como todas las economías emergentes, atraviesa un momento de transición, en el cual aún sufrimos los efectos externos del lento crecimiento mundial, incluso con la reducción de los precios de las commodities. Todos sabemos que la recuperación de la crisis que tuvo comienzo hace años, en el 2008, aun es tenue. En Europa la situación es difícil; Japón atraviesa una recesión. 

China ha estado creciendo a niveles más bajos en los últimos años, y aun la recuperación en los Estados Unidos no ha mostrado toda su fuerza. Es, pues, una situación que requiere atención.

En mi segundo gobierno, seguirán teniendo prioridad el desarrollo económico, la generación de empleo, la ampliación del poder de compra de los salarios, el incentivo a la inversión y, sobre todo, la continuidad del proceso de eliminación de la pobreza y de reducción de las desigualdades.
La política social no cambiará.

El Nacional, Venezuela:

¿Es conveniente para la integración latinoamericana la existencia de tantos bloques (MERCOSUR, Alianza del Pacífico, UNASUR, Celac, Alba)? ¿Cuál es el papel del Alba, iniciativa creada por Venezuela en 2004, dentro del proceso de integración regional?

Respuesta: La coexistencia de diferentes mecanismos regionales refleja la rica diversidad sociopolítica de nuestros países, pero además comprueba el firme compromiso de todos respecto al ideal de la integración.

El concepto de integración es rico y complejo, y puede abarcar desde un sencillo acuerdo comercial hasta la integración productiva, desde la cooperación económica hasta la concertación política.

Este concepto también puede adoptar distintos formatos y contornos, con la participación de grupos de países diversos, lo que puede ser un reflejo del patrón de relación histórica entre ellos.

Desde la perspectiva brasileña, la coexistencia de tres de estos mecanismos, de los cuales formamos parte, ocurre de manera natural. 

Para nosotros, el MERCOSUR representa el mecanismo de integración más profunda, que engloba a los diferentes campos de coordinación política, económica y comercial. En cambio, UNASUR y CELAC son principalmente instancias de convergencia política entre países sudamericanos (UNASUR), además de los caribeños y centroamericanos (CELAC), lo que las hace instancias complementarias en muchos aspectos. Cabe resaltar que, en los últimos años, UNASUR ha asumido funciones importantes tanto en materia de mediación de crisis políticas en la región, como en el caso de Venezuela, como de cooperación en temas como seguridad, defensa e infraestructura.

Como tuve la oportunidad de resaltar en un discurso reciente, con ocasión de la inauguración de la nueva sede de UNASUR, en Quito, esta convivencia entre mecanismos complementarios de integración es la mayor prueba de que en nuestra región vivimos a diario una situación de creciente “unidad en la diversidad”.

O Globo, Brasil

La alianza internacional más visible en la que hoy participa Brasil son los BRICS, con países de otros continentes. ¿Por qué no avanza la integración regional?

La participación de Brasil en los BRICS, en el G20 y en otros grupos no excluye, de ninguna manera, nuestro continuo compromiso y participación en los foros de integración regional, uno de los ejes prioritarios de la inserción internacional brasileña. Desde el punto de vista de mi país, son procesos complementarios.

La integración regional ha avanzado, y mucho. El MERCOSUR avanza como instancia de integración económica, tanto comercial como productiva.

Acabo de regresar de la Cumbre de UNASUR, en Ecuador, donde inauguramos la sede de la organización y discutimos temas fundamentales, como los proyectos prioritarios de infraestructura regional.

En junio de este año, con ocasión de la reunión de los BRICS en Brasil, promovimos un productivo encuentro BRICS-UNASUR para tratar el tema del financiamiento de proyectos de integración en los países de UNASUR. Fue evidente el interés recíproco en la construcción de relaciones entre Sudamérica y los BRICS, así como la importancia de Brasil como eslabón entre estos países. Ello demuestra la relevancia de nuestra región en la arena global.

Desde el punto de vista de Sudamérica, la integración regional se ha consolidado como instrumento de preservación de la estabilidad y de la democracia en la región ―recuerden que las recientes elecciones en Colombia, Chile, Bolivia, Uruguay y Brasil se celebraron en un marco de participación popular y plena libertad de expresión.

En el ámbito de América Latina, hemos avanzado en la cooperación por medio de la CELAC.
Nuestro lema de convivencia democrática es la unidad en la diversidad y el respeto a las características de cada país.

Es más, fue justamente gracias a los procesos de integración regional que América Latina ascendió como protagonista e interlocutora en la comunidad internacional.

Durante la campaña electoral, Ud. Hizo muchas críticas a sus adversarios porque tenían como aliados a personas del sistema financiero. No obstante, el primer nombre indicado por Ud. para el nuevo ministerio proviene de un gran banco. ¿No le parece una incoherencia? ¿Qué línea pretende seguir en la política económica en su próxima gestión, más de izquierda o más de derecha? ¿El nuevo equipo tendrá efectivamente libertad para seguir un rumbo más ortodoxo?

Como respondí anteriormente, el ministro Levy fue un funcionario importante en el gobierno Lula. El que haya trabajado en un banco no le resta valía, sino más bien amplía su experiencia profesional.
El nuevo equipo económico trabajará en medidas de elevación gradual, pero estructural, del resultado primario de la Unión, para estabilizar y luego reducir la deuda bruta del sector público respecto al PIB. También seguiremos mejorando nuestra política de incremento de inversiones y de ampliación de la productividad, pues esto es lo que sostiene un crecimiento más rápido del PIB y de los salarios reales, con estabilidad macroeconómica.

Para los próximos años, nuestra prioridad es recuperar la capacidad de crecimiento de la economía, con un riguroso control de la inflación y el fortalecimiento de las cuentas públicas, para, de esta manera, asegurar el empleo y los ingresos.

Los ajustes que se realizarán, inevitables frente a la persistencia de un panorama económico internacional difícil, no se harán, sin embargo, en detrimento de los empleos y de los salarios de los brasileños, en especial de los más vulnerables, como ya ocurrió en Brasil y ocurre actualmente en otros países del mundo.

Brasil vive una crisis de corrupción en la que están implicadas compañías de construcción privadas, empresas públicas y políticos. ¿El gobierno sabrá mantenerse alejado y llevar a cabo los procesos de investigación, imputación y sanción de los implicados? ¿Brasil vive una especie de proceso "manos limpias"?

Como ya resalté en la respuesta al diario El Tiempo, Brasil no vive una crisis de corrupción. La corrupción siempre existió en Brasil. En realidad, Brasil vive un momento impar e inédito de efectivo fin de la impunidad y de combate a la corrupción. Lo que está en crisis en Brasil es la histórica impunidad.

Mi gobierno tiene el compromiso de luchar contra la corrupción y de apoyar al Ministerio Público, asegurando, por nuestra parte, que cuente con todo lo que necesite para presentar una denuncia sólida a la Justicia.

Repito: en lo que de mí dependa, no quedará piedra sobre piedra, caiga quien caiga.
Durante la campaña electoral, fui la única candidata que propuso medidas concretas contra la corrupción y la impunidad. A saber:
1.         Convertir en delito el uso de recursos extracontables en las elecciones.
2.         Juicios más rápidos, penas más severas y decomiso de los bienes de quienes se enriquecen ilícitamente en cargos públicos.
3.         Crear una nueva estructura en las cortes superiores para agilizar investigaciones y juicios a imputados que gocen de foro privilegiado.

Eso es fundamental para poner fin a la corrupción, porque la impunidad es un mal del cual se alimentan la corrupción y los delitos financieros. Vamos a enviar estas propuestas al Congreso y a intensificar la lucha contra la corrupción y la impunidad.